El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 tiene un objetivo claro: investigar y descubrir cómo combatir y erradicar el hambre en el mundo. El cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales influyen de manera directa en la capacidad de las personas para generar alimentos. El descenso de la biodiversidad o fenómenos extremos como las sequías o las inundaciones son impactan de lleno en la producción agrícola y ganadera de muchos países. Allí donde la industria primaria es el principal sustento económico, los efectos son aún más devastadores. La falta de alimentos y el hambre impiden el desarrollo normal de los países y, como consecuencia, se incrementa la pobreza y millones de personas se ven forzadas a realizar movimientos migratorios.
Actualmente se estima que hay alrededor de 815 millones de personas con hambre en el mundo, lo que supone una de cada nueve. La cifra para el 2050 puede subir a los dos mil millones, dado el aumento de la población mundial que se calcula y el descenso de esos recursos naturales. El 12.9% de la población mundial no cuenta con recursos alimenticios mínimos. De entre todos los continentes, Asia es el más afectado por la hambruna y las carencias en seguridad alimentaria.
De ahí que el ODS 2 abogue por poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. Porque el hambre extrema y la malnutrición siguen siendo un enorme obstáculo para el desarrollo sostenible y constituyen una trampa de la que no es fácil escapar. El hambre y la malnutrición hacen que las personas sean menos productivas y más propensas a sufrir enfermedades, por lo que no suelen ser capaces de aumentar sus ingresos y mejorar sus medios de vida. Hay casi 800 millones de personas que padecen hambre en todo el mundo, la gran mayoría en los países en desarrollo.
Para descubrir cómo combatir el hambre en el mundo y lograr el éxito de este Objetivo de Desarrollo Sostenible, todos los agentes involucrados son parte esencial con sus acciones diarias y cotidianas. Aquí algunos consejos de la ONU que todos podemos llevar a cabo para ello:
La lucha contra la pobreza y el hambre es uno de los mayores retos a los que se afronta la humanidad. Si no se logra controlar el cambio climático, el objetivo se alejará cada vez más. Recuerda que puedes hacer mucho para evitar este futuro con tus gestos. Investiga cómo combatir el hambre en el mundo. Además de las acciones globales, el esfuerzo individual puede ser decisivo para revertir esta situación a largo plazo.