Para hacer este experimento necesitamos: Una botella vacía y una pelota pequeña de papel de aluminio.
Metemos la pelota en el cuello de la botella y soplamos.
Pero, ¿qué ha pasado? Cuando soplamos dentro de la botella, el aire se acumula en el interior, y creando así una presión en esta que quiere escapar la pelota lo impide y al salir esta presión, la empuja hacia fuera.