Microrrelatos

U.G.S.

Un ensordecedor vals vienés inunda
un lúgubre calabozo. El torturador, con la cara salpicada de sangre, asesta un machetazo
y una mano seccionada cae al suelo repleto de vísceras. Jadeante y extasiado, lame
la hoja del cuchillo; pero un timbre le interrumpe y le devuelve a la realidad.
Tumbado en una camilla se quita gafas y sensores de realidad virtual mientras
una voz suave y femenina le recuerda por megafonía que no olvide su cita de la
próxima semana en la Unidad de Gestión Sociópata.