Agua y cooperación

Dedican 200 millones de horas cada día recorriendo un camino que les lleve a una fuente de agua potable. Cerca de 800 millones de personas en el mundo no tienen acceso a este recurso considerado por la ONU como un Derecho Universal. A esta cifra hay que añadir otros 1.800 millones de personas que cuando llegan a pozos, ríos o manantiales se encuentran que están contaminados. Aún así, la consumen. La mayor parte de esta peregrinación la realizan mujeres y niños. Porque  en la mayoría de estas culturas, ir a recoger agua está considerado como un trabajo doméstico, un trabajo femenino.

Para ello han de recorrer durante más de una hora distancias que separan las fuentes de agua de sus hogares. Un camino que aleja a las pequeñas de la escuela y de las posibilidades de formación.

Con estos datos en la mano, ese objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) que reclama para 2030 que el acceso al agua sea universal parece lejano y cualquier esfuerzo parece insuficiente. Porque no solo hay que garantizar acceso al agua, si no a un agua de calidad y para ello resulta fundamental invertir en saneamiento. Agua para la Amazonía (Grafico con los tres objetivos de cada programa), Agua Sostenible en Líbano, son algunos de los programas que desarrolla la Fundación Aquae y otros organismos de la ONU con el objetivo de avanzar en el cumplimiento de esos Objetivos.