En el Día Internacional del Reciclaje no todo son malas noticias: hemos reducido un 22% la cantidad de basura y reciclamos ya el 30% de nuestra basura. Pero no es suficiente. El reto es conseguir reciclar hasta un 70% los residuos urbanos para 2030.
Si calculamos que, en España, una persona genera de media 450 kilos de basura, nos podemos imaginar la cantidad de residuos que se acumulan.
Actualmente, alrededor de 2.010 millones de toneladas métricas de residuos sólidos urbanos se producen anualmente en todo el mundo. El Banco Mundial estima que la generación total de residuos aumentará a 3.400 millones de toneladas métricas para 2050. Se estima que el 13,5% de los residuos actuales se recicla y el 5,5% se convierte en abono. El informe estima que entre un tercio y el 40% de los residuos generados en todo el mundo no se gestionan adecuadamente y, en cambio, se tiran o se queman abiertamente.
La misión del Día Internacional del Reciclaje, según lo establecido por la Fundación Global de Reciclaje, es doble:
Por un lado, decirle a los líderes mundiales que el reciclaje es demasiado importante para no ser un problema mundial, y que se necesita urgentemente un enfoque común y conjunto para el reciclaje.
Por otro lado, pedir a las personas de todo el planeta que piensen en los recursos, no en el desperdicio, en lo que respecta a los productos que nos rodean; hasta que esto suceda, simplemente no concederemos a los productos reciclados el valor real y no reutilizaremos los productos que merecen.
Los países desarrollados: reciclar basura como papel y plásticos
Las personas de ingresos más altos no solo consumen más bienes en general, sino que también consumen una mayor concentración de bienes duraderos empaquetados y complejos como automóviles, electrodomésticos y equipos electrónicos.
Además, la mayoría de los desechos en los países de ingresos medios y altos consisten en materiales inorgánicos, en particular, papel y plástico. Si bien los países de ingresos altos generan más desechos per cápita, en términos de volumen agregado, los países en desarrollo producen más de la mitad del total de desechos sólidos.
En el Día Internacional del Reciclaje se nos recuerda que muchas de las tasas de generación de desechos por persona más altas del mundo se encuentran en las naciones insulares en desarrollo, donde el turismo juega un papel importante. La escasez de tierra, el recurso crítico para el relleno sanitario (o vertimiento), hace que los problemas de eliminación de desechos de estos países sean especialmente graves. El aumento del nivel del mar debido al calentamiento global, por supuesto, exacerba esta escasez. A pesar de que la mayoría de los desechos generados en los países en desarrollo de bajos ingresos consisten en materiales orgánicos biodegradables, esta proporción se reduce a medida que aumentan los ingresos.
Actuación del gobierno para la reducción de basura
El tipo de póliza más conocido es el impuesto a las bolsas de plástico. Esto es lo que se denomina tarifa de eliminación avanzada: cada persona paga por adelantado los desechos que está a punto de crear. Hasta la fecha, 30 países tienen un impuesto a las bolsas de plástico para ayudar a reducir los desechos y ayudar a salvar el medio ambiente.
Otra forma de cambiar el comportamiento de la población es mediante impuestos de «pago por uso». De esta forma, te cobran por el cubo de basura, la bolsa de plástico o, en sistemas más sofisticados, el peso de tu basura. Los estudios muestran que estos esquemas pueden reducir significativamente la cantidad de desechos que generan las personas.
Suiza
Uno de los países que mejor ha entendido la importancia de la economía circular es Suiza. El país alpino es un ejemplo de cómo se puede aumentar la conciencia ciudadana mediante la formación y las políticas nacionales. En este caso, los esfuerzos se han centrado en reducir los residuos no reciclables con medidas como la bolsa única.
Para deshacerse de este tipo de residuos, debes comprar bolsas de basura “oficiales” a un precio más alto, mientras que el reciclaje es gratis. Esto ha provocado que el volumen de residuos no reciclables generados disminuya en unos 90 kilos por persona al año en comparación con hace 20 años. Gracias a medidas como esta, en la actualidad se recicla alrededor del 93% de las botellas de vidrio o el 91% de las latas de aluminio. Además, el país se ha convertido en pionero a la hora de reciclar basura orgánica, que se utilizan para hacer compost.
Japón
La rigurosidad es la clave del éxito del sistema de reciclaje de Japón. Los vecinos son responsables de clasificar, tratar y reciclar basura y luego cumplir con el calendario de recolección estricto y programado.
Por ejemplo, antes de deshacerse de ellos, los contenedores de plástico deben lavarse, quitarse todas las etiquetas, y doblar las cajas para minimizar el espacio. Posteriormente, todos los desechos deben etiquetarse adecuadamente con los datos del hogar, para garantizar que las personas asuman toda la responsabilidad y cumplan con todas las reglas.
Para inculcar aún más estos hábitos de reciclaje entre la población que no hay botes de basura en las calles de la ciudad, porque cada individuo es responsable de procesar sus desechos en casa.
Un buen ejemplo de las ventajas de la segregación completa de residuos es la ciudad de Kamikatsu, un pueblo de montaña que, debido a su aislamiento, separa y recicla basura en hasta 34 categorías. Aseguran que todos los materiales que se pueden reutilizar sean reciclados y optimiza la gestión de Residuos no reciclables. La ciudad se ha propuesto convertirse en una ciudad sin residuos en 2020.