Microrrelatos

Una gota de tiempo

La glaciación hizo su lento trabajo milenario. El hielo volvía blanca y transparente la profunda vegetación antártica como una quebradiza arquitectura de finas venas y escarcha. Cuando llegó el frío absoluto, el tiempo se detuvo.

La gota, sorprendida y aturdida en la tenue extremidad de una hoja de coigue, se dejó adormecer por el invierno del cretácico.

Pero en su sueño de silencio, la gota hizo del agua una memoria de la vida. Y esperó 66 millones de años para despertar.