Microrrelatos

Entropía en el jardín

Tita se levantó temprano, como todos los días, con la ilusión de ver en perfecto orden su jardín. Ayer había estado podando, excavando hoyos, arrancando malas hierbas, arrancando las flores marchitas. Acabó agotada, pero satisfecha, porque lo dejó todo perfecto. Así, al día siguiente podría sentarse en su sillita y contemplar las flores.
Pero no. ¡No puede ser! Cuando se asomó a la puerta vio nuevas hojas caídas, algunas flores marchitas. Incluso unos excrementos que algún animalillo había soltado. Así que le esperaba otro día agotador. ¡Maldita segunda Ley de la Termodinámica!