Microrrelatos

Mártir

Fue una inspiración: mi trabajo consistiría en analizar las características de penetración de la luz emitida por las cuásares a través de las nubes de gas de materia intergaláctica, constituidas básicamente por hidrógeno. No tenía muy claro  a dónde me iba a llevar esa investigación, pero me obsesionó. Gasté los millones ganados con la patente de mi medidor de fotones en montar un laboratorio, contraté científicos punteros y cuando estuvo todo preparado, me enteré que había una gente  que hacía lo mismo y, además, sabía para qué. Desmonté todo y me pegué un tiro. Ya soy como Stephen Hawking.