Microrrelatos

La plancha

La mujer para de la plancha y se digna dirigirme la palabra. Mi mujer, como digo, deja de planchar y me increpa, colérica:  ¡ otra mancha !, ¡ otra mancha !… Claro, como tú no tienes que lavar; bueno, ni lavar ni planchar ni nada, y esta mancha es de las que no salen, si lo sabré yo…

Miro a la mujer, a mi mujer, y no la veo. Mi preocupación ahora no es «la mancha» sino que es más bien dual: va del Principio de Incertidumbre de Heisenberg a la Ecuación de Onda de Schrodinger, y viceversa…