Cada vez más empresas entienden la importancia de compensar sus emisiones CO2 a través de proyectos de plantación de árboles o reforestación. Quizás esto se deba a la creciente concienciación social que existe sobre la huella de carbono. Un indicador que permite a cada empresa e individuo conocer el impacto medioambiental de sus acciones.
La huella de carbono, reflexión como punto de inicio
La Huella de Carbono es un indicador a través del cual se mide la producción de gases de efecto invernadero (GEI). Las GEI pueden provenir de diferentes actividades llevadas a cabo por la actividad humano. Entre otras, la producción de energía, quema de combustibles, o la generación de metano. De aquí se deriva que el impacto sobre el medio ambiente se mide en toneladas de dióxido de carbono.
Esta medición o indicador tiene como objetivo el llegar tanto a individuos particulares como a empresas o fundaciones, así como a gobiernos para concienciar de la necesidad de políticas de uso que potencien la reducción de los niveles de contaminación en el proceso de producción y de consumo. De hecho, existe un certificado de la huella de carbono que reconoce a las empresas, organizaciones o fundaciones su trabajo en la reducción.
La emisión de gases de efecto invernadero es una de las grandes causas del cambio climático y su mitigación, cuando no la eliminación, una de las bases para la lucha contra él. Una de las maneras es la compensación, es decir, llevar a cabo actividades que compensen aquellas emisiones de CO2 que se hayan emitido.
Fundación Aquae compensa el 100% de sus emisiones de CO2
Fundación Aquae, a través de su proyecto “Sembrando O2”, puesto en marcha en el año 2015, ha llevado a cabo una actividad de reducción de emisión de CO2 a la atmósfera a través de la plantación y siembra de árboles en zonas que han sufrido un incendio o que presentan una pérdida de masa forestal con la consecuente desertificación.
Así, Fundación Aquae ha compensado el 100% de sus emisiones de CO2 desde el año 2014 al 2017. Lo hace gracias a dos proyectos de reforestación, desarrollados en Valderrey (Zamora) y Pego (Alicante). Ambas iniciativas han sido recogidas en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción de CO2 del Ministerio de Transición Ecológica.
A finales del año pasado, se convirtió en la primera fundación de ámbito privado de España en reducir su huella de carbono durante cuatro años consecutivos. En años anteriores obtuvo los sellos ‘Calculo’ y ‘Compenso’. Y el pasado verano también recibió el sello ‘Reduzco’ por parte de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO). Este sello distingue aquellas organizaciones que calculan la emisión de dióxido de carbono (CO2) y cuentan con un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), calculándolas y compensándolas.
Impacto del proyecto ‘Sembrando O2’
La localidad alicantina de Pego sufrió unos devastadores incendios que convirtieron en cenizas más de 1.700 hectáreas de terreno. Meses después, en diciembre de 2015, arrancaron las labores de repoblación forestal. El objetivo fue, «restaurar ocho hectáreas de bosque, plantando más de 4.000 árboles. Mayoritariamente encinas, pinos carrascos y coscojas», explica Mikel de Pablo, responsable de Proyectos de Fundación Aquae. Con ello se han compensado 13 toneladas de CO2. Aunque se espera que esta cifra llegue a las 150 toneladas totales a lo largo de los próximos cuarenta años.
En cuanto a los trabajos en la Finca de Valderrey, se sembraron 765 árboles de especies. Entre ellas, encinas, pinos piñoneros, almendros y sabinas albares. Ocurrió dentro del proyecto ‘Reforesta Zamora’, que Fundación Aquae impulsó a principios de 2018, junto a Aquona y el Ayuntamiento de Zamora. El objetivo: recuperar más de 12.000 m2 de superficie forestal.
Esta actuación absorberá 81 toneladas de CO2 en los próximos 30 años, de las cuales ya se han compensado 6 toneladas.
‘Sembrando O2’, el proyecto de plantación de árboles de Fundación Aquae, ya ha plantado más de 8.000 árboles y dos arboretum (jardines botánicos formativos) en Avilés, Valderrey y Valorio (ambas en Zamora), en el Parque Natural La Mata-Torrevieja y en Pego (ambos en Alicante), Granada y Valladolid. Para más información sobre cada una de ellas y sobre el proyecto, sigue el siguiente enlace.