Especies invasoras en España
Una de las consecuencias de la globalización ambiental es la llegada con mayor asiduidad de especies invasoras a los ecosistemas.
Estas se establecen en un hábitat natural o seminatural y son un agente de cambio y una amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor o por el riesgo de contaminación genética.
La entrada de especies invasoras en nuevos ecosistemas suele ser accidental, pero el comercio, la caza, la pesca o la industria textil también contribuyen a empeorar el problema.
Durante el transcurso de los tiempos, los ecosistemas han evolucionado de tal forma que las especies tienen un equilibrio en ellos, relacionándose unas con otras. La incorporación de una especie ‘extraña’ altera gravemente esos equilibrios. Las especies invasoras modifican los hábitats, poniendo en riesgo ecosistemas enteros. Desplazan o reemplazan a las especies autóctonas que son beneficiosas, pudiendo incluso provocar su extinción. Afectan a la salud humana y medioambiental a través de enfermedades, e interfieren también en actividades como la producción agrícola y pesquera.
La dimensión del problema es enorme: en Europa, un tercio de las especies están en peligro crítico de extinción por esta amenaza; lo que supone la segunda causa de extinción en todo el mundo.
En España las especies invasoras animales más frecuentes son el mosquito tigre, la tortuga de Florida, la cotorra de Kramer, el cangrejo rojo o el mapache, y entre las vegetales se encuentran la caña, el ailanto, el camalote o el plumero.
Por eso, la responsabilidad que tenemos en el cuidado de nuestro planeta no puede dejar de lado la conservación de la biodiversidad.