Hablamos con Carlos Vara, Doctor en Humanidades y licenciado en Biología. Investiga y escribe sobre estética, arte y procesos cognitivos desde perspectivas que integran la filosofía y las neurociencias. Ha publicado textos académicos en medios nacionales e internacionales y publicaciones literarias.
En su ponencia que podéis disfrutar pulsando play, “Elogio del olvido”, Carlos Vara nos explicará cómo, aunque olvidar suele tener mala fama, resulta más que necesario para la evolución de nuestra mente en particular y de nuestra persona en general. Y es que, cuando no recordamos algo, lo achacamos a nuestra mala memoria.
Y aunque obviamente pueden existir problemas en este sentido, especialmente cuando los signos del envejecimiento son evidentes, olvidar es tan natural como recordar. Pasemos a analizar la importancia de olvidar y por qué es tan fundamental para los seres humanos.
Hay investigaciones recientes que afirman que olvidar es una actividad esencial que además complementa perfectamente a la de recordar. Vamos, que una no puede existir sin la otra. Porque nuestra mente, por suerte, tiene límites, y un proceso de borrado se antoja necesario por muchos motivos.
Por qué olvidar es necesario
Se borra lo superfluo y lo específico, lo que realmente no precisamos, y así nuestro sistema nervioso nos abre a lo imprevisible. Olvidar hace sitio a lo nuevo, a la innovación. Provoca que prioricemos lo importante de nuestras vidas y experiencias, aprovechando así el conocimiento que nos brinda.
Nos ayuda a desengancharnos de traumas o situaciones complicadas de nuestro pasado, para que así podamos afrontar mejor el futuro, adaptándonos mejor a los retos que se nos puedan plantear.
También nos ayuda en cuestiones relacionadas con la creatividad, sea en nuestro día a día, incluyendo el trabajo, o en situaciones más excepcionales que sucedan de vez en cuando en nuestra vida. Incluso, aunque suene paradójico, olvidar nos ayuda a recordar mejor, ya que elimina distracciones o elementos que se puedan parecer a ese recuerdo que intentamos recuperar y que realmente es importante.
Y para desarrollarnos como personas, el olvido es una parte muy importante de nuestro proceso de maduración, potenciar nuestra inteligencia emocional. Porque, como se ha mencionado antes, así podemos distanciarnos de esos recuerdos dañinos, racionalizarnos y mirar hacia delante.
Eliminar recuerdos nos ayuda a ser más eficientes
Diariamente, nuestro cerebro está siendo bombardeado con una cantidad ingente de información procedente de diferentes fuentes. Desde el boom de las redes sociales y los medios de comunicación, este flujo de información se ha incrementado exponencialmente. Cada post en Tik Tok, cada story de Instagram, cada anuncio en Facebook o anuncio en Youtube llena nuestro cerebro de información. Como en los casos que acabamos de mencionar, parte de esta información se parece más a un ruido que interfiere con nuestra toma de decisiones y reduce la claridad de nuestros pensamientos. Sin duda alguna, necesitamos hacer algo con ese flujo de información intranscendente y que no aporta nada.
Olvidar mejora la flexibilidad del cerebro al eliminar esa información obsoleta e innecesaria. También ayuda a agilizar nuestra memoria eliminando detalles inútiles y generalizando los conceptos involucrados. La función de la memoria no es simplemente pasar información a través del tiempo, sino también optimizar la toma de decisiones futuras. A medida que vamos avanzando hacia la edad adulta, la toma de decisiones se vuelve más crítica y necesaria, por lo que necesitamos toda la claridad posible para poder hacerlo correctamente.
Aprendiendo a recordar
El olvido es necesario porque tiene una función especial en el proceso de memorización. Recordar cosas tiene un precio elevado para la memoria y nuestro bienestar. Por este motivo, olvidar cosas irrelevantes es un proceso que puede ser altamente beneficioso para nuestra salud. Nuestro cambio de memoria es bidireccional.
Algunos recuerdos se fortalecen, mientras que otros se reprimen o se eliminan por completo. Esto hace que el proceso de recuperación de información importante sea más eficiente y selectivo, ya que el cerebro utiliza menos recursos en recuerdos innecesarios. Aunque olvidar puede ser frustrante, tiene algunos beneficios fundamentales que ayudan a nuestra capacidad de recordar.