Viniendo de la ciencia y con nociones de diseño, yo misma llamé a eso ‘fertilización cruzada’, en la época en la que trabajaba en mi tesis, hace bastante tiempo. Aunque sin saberlo, pero de forma intuitiva, entendí la necesidad de la misma. Ridley habla básicamente sobre cómo la sociedad progresa con el intercambio de ideas, incluso sugiere que las sociedades que permanecen aisladas y con falta de intercambio, padecen regresión en su desarrollo. En este artículo hablaré de las ventajas de la colaboración como motor de la sociedad, que no es más que una gran empresa colaborativa.
Luego está todo el revuelo sobre algo llamado “neuronas espejo”, que se basa en algo muy simple: si observas a alguien haciendo algo y tú imitas sus movimientos, su actividad neuronal será similar a la tuya.
Y por último, una conversación de Jeremy Rifkin y Michel Bauwens sobre los bienes comunes de la colaboración que nos han llevado a una transición del capitalismo a la economía de bienes comunes que vemos hoy en día. Bauwens dijo “fijaos en la realidad actual: software libre, cultura libre, el diseño abierto y los movimientos de hardware están haciendo posible que el conocimiento se comparta, mientras que la economía colaborativa y los hackerspace/makerspace/FabLab/ y los espacios de coworking están compartiendo infraestructuras físicas”.
Todos ellos hablan básicamente de la misma cosa desde tres prismas distintos: las ventajas sociales, científicas y económicas de una sociedad colaborativa.
Estamos en una época en la que, por primera vez en la historia, el conocimiento ya no es sólo para los privilegiados. Ni el dinero, ni la capacidad de comunicar a la sociedad, ni el acceso a la tecnología. Actualmente todo esto es de fácil acceso para la mayoría de nosotros (Internet, crowdfunding, redes sociales, alta tecnología de bajo coste…). Lo que es difícil de obtener es la mentalidad y el valor de las personas, el valor de colaborar entre nosotros, entre las organizaciones y entre las entidades, ya que es algo menos palpable y menos tangible, difícil de planificar y predeterminado.
Nos corresponde a nosotros, a nuestra generación, confiar y creer en nosotros mismos, así como en las coaliciones humanas, en nuestra alianza con los demás, y utilizar esto como una fuerza de cambio y transformación por un futuro común y sostenible.
Dado que plantea una solución social, la colaboración tiene ventajas allá donde se concentre un grupo de individuos. Por lo tanto, la sociedad puede aprovecharse de las ventajas de la colaboración en cualquier ámbito. Desde la escuela hasta el trabajo, pasando por cualquier forma de comunidad o agrupación social. Visto así, la colaboración tiene lugar cuando un grupo de personas se une y aporta su experiencia en beneficio de un objetivo, proyecto o misión común.
La colaboración como sistema de trabajo puede ser el motor de éxito de una sociedad, siempre y cuando se la colaboración obedezca a un esfuerzo consciente y planificado del grupo. La sociedad colaborativa presenta una serie de ventajas, que explicamos a continuación.