Microrrelatos

Contoneos trigonométricos

 

Caí al pozo porque la maldita función de onda me puso la zancadilla. Arriba, a lo lejos, se veía el nivel E0. En un intento de alcanzarlo me puse a saltar como un loco pero mis pies no se desplegaron del suelo.  En lo alto, la función de onda se revolcaba de la risa. Alentadas por las carcajadas, varias funciones se congregaron entorno al escalón. Todas querían ver el espectáculo que estaba dando y, a empujones, se disputaban la primera fila. Dos funciones cayeron sobre mí elevándome al nivel E. Con andares sinuosos me alejé de allí.