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Alika Salsabila
Alika Salsabila
Autor: César Núñez Álvarez
Me despertó el sol en su cenit. Me abrasaba las manos pero ya me daba igual. Era el final. Dos días a la deriva sin nada que beber. Tanta agua y tanto mar para perecer en él. De repente, Alika Salsabila empezó a hacer aspavientos, era la más lista. Caminaba todos los domingos doce kilómetros para ir al cine. ¡Funciona!, dijo. ¡Sabía que funcionaba! Había visto en una película cómo evaporar en bolsas el agua de mar. Y ahora yo me pregunto quién me salvó la vida: ¿Una puñetera bolsa de plástico?