Microrrelatos 2017
Estos son todos los relatos recibidos, y aprobados (conforme a las normas establecidas en las Bases del Concurso, en la convocatoria de 2017.
El plazo para participar y votar ha finalizado. Disfruta de la lectura…
Justicia retributiva
Héctor García
—Va a ver ese Schrödinger lo que se siente que jueguen con su función de onda—, maulló con resentimiento el rescatado, y todos rieron y se fueron de juerga.
Ritmos circadianos
Laura Gadea Salom
Años. Semanas. Horas. Segundos. Nuestro reloj biológico sigue funcionando, a pesar de que la alarma de las 6:00 a.m. nos haga rechinar los dientes cada día. Y realmente es cierto que funciona, porque cada día la volvemos a posponer cinco minutos más.
Por eso me gustan los números impares, ir a destiempo en las canciones y viajar a lugares muy lejanos, por si al fin consigo romper el ritmo de mi reloj y un lunes dormir hasta las doce.
El defensor de los cromados
Luis Carvajal Belisario
Aquel
brillante cardiólogo había creado por primera vez corazones para robots. Dichos
órganos estaban hechos de material sintético y ADN de humanos. Ahora las máquinas
de acero experimentarían emociones. Ante la lluvia de halagos, el galeno agregó:
“Sencillamente fui empático”…Sin
razón aparente, cayó al suelo. Alguien desabotonó su camisa, tratando de auxiliarle.
En medio del pecho, un cruce de cables provocaba un corto circuito. Inmóvil, esbozó
una sonrisa de profunda satisfacción.
Amor a toda máquina
Purificación Ruiz Gómez
Dijeron que
las máquinas no tenían sentimientos. Tampoco los humanos se fijaban mucho en
ellas, a no ser que fallaran en la función para las que estaban diseñadas. Pero
lo cierto es que la tostadora enviaba señales de corazones de humo a
la cafetera, que lloraba lágrimas de café con una pena insoluble. Y el
microondas giraba y giraba, bailando al son de las notas que, como mensajes de
amor, le enviaba el reproductor musical. Y yo, que soy un ordenador, te quiero conquistar hoy como escritor.
Vibrando
José María Valido Sánchez
Todo alrededor parecía flotar y
reproducirse a cámara lenta. El olor a jazmín de verano impregnaba mis poros.
Colores anaranjados, rojizos y amarillentos bañaban su rostro cuando me detuve
en su sonrisa: candor sublime de gozo que cautivaba mis ansias. De pronto, todo
se volvió gris, mustio, frío, lento, normal. No lo podía creer, ¿qué había
pasado? Algo vibraba en mi cintura. El
intensificador de emociones positivas: Batería Baja.
El naufragio de los cometas
Ángel Fernando Flores Reyes
Todo falló y vimos sorprendidos la colisión de los satélites en probabilidades
imposibles. Se rumoraba de conspiraciones, terrorismo, involución y
caos.
En las urbes sufrían atónitos e impotentes la pérdida de información: los datos que
tanto celaban se desvanecían con cada explosión y la seguridad que
presumían se fracturaba hasta convertirse en polvo.
El campesino maravillado intentaba recordar si en el altavoz del pueblo se anunció
alguna lluvia de estrellas.
Ella
Claudia Gómez Caro
Manu dedicó todas sus hazañas a la erudición . Manu tenía un objetivo en la vida, una meta que nunca fue íntegramente adquirida. Ya que a cada hallazgo se le añadía una desconocida e inédita cuestión que solventar. Pero a Manu no le importunaba, a Manu eso le hacía feliz.
Un día Manu tropezó con algo insólito y desconocido. Un hallazgo que no había contemplado ni experimentado nunca. Manu dedicó horas de análisis e investigación a ese inesperado descubrimiento. Pero Manu no encontró calculadora ni ecuación que lo gestionase.
El problema de Manu se llamaba Julia.
La enciclopedia
EDMUNDO ROMERO GUEDES
Fue la última enciclopedia que recogió el término humano, aunque ya entonces en desuso, como ser mitológico creador del fuego y de los símbolos, la que le sirvió al Programador para enseñar el viejo lenguaje a los nuevos seres del tiempo.
Nacimiento
Daniel Santafé Moya
Brinca, salta, corre y vuela. Coge carrerilla y vuelve a precipitarse en
caída libre. Suenan los truenos del agua, gritan las corrientes y un
canto de caverna se pierde por las montañas. Flotan las nubes de
vapor. Bailando a capricho, con gracia, coqueteando al desnudo con el
paisaje. Observan las altas cumbres al recién nacido del hielo. Un
niño con la fuerza de un gigante. Se abren las rocas a su paso. La
tierra huye hacia el mar, nada resiste. El agua da forma a todo.
Acelerador de partículas
Daniel Velasco Fernández
Cinco. Los protones lanzados a velocidad de vértigo han colisionado con éxito en el acelerador de partículas.
Cuatro. Toda la población del planeta observa atónita las pantallas que lo retransmiten.
Tres. Los científicos decían que lo que está pasando era imposible que sucediera.
Dos. Incrédulos, nos miramos los unos a los otros preguntándonos como es posible lo que está aconteciendo.
Uno. Hemos creado un agujero negro.
Cero.
Unplugged
Alberto Palacios Santos
Joe fabricó su impresora 3D para cometer el
crimen perfecto en una semana.
El lunes creó una réplica de sí mismo que dejó
en casa, el martes fabricó una pistola, el miércoles tiró dos dados y mató al
azar, el jueves creó una incineradora para acabar con las pruebas y el viernes una
trituradora para liquidar a su réplica y destruir la impresora.
Por desgracia, el sábado su doble había creado
otra impresora 3D con la que conseguir el crimen perfecto en un solo día.
El domingo se desenchufó.
Pluvo
Leonor Isabel Cruz Rivero
Con rostros desconfiados y polvorientos los nativos
contemplaban la estructura de metal que se proyectaba hacia las nubes. Con
rostros cansados y optimistas los científicos dieron los toques finales. Se inició
la secuencia de enlace entre las torres. Desde el centro de control llegaron
los datos. Los indicadores de contaminación rozaban el cero. La fina lluvia era
la señal de que todo andaba bien. El Hidronivelador Global funcionaba a la perfección.
Un detalle sin importancia
Álvaro Navarro García
Observó las ramas del árbol meciéndose con la brisa, mientras
los últimos rayos de sol hacían brillar las hojas. Estiró el brazo y acarició
lentamente el tronco con la punta de los dedos. A continuación, se retiró las
gafas con un gesto mecánico.
⎯ Debes revisar el tacto del tronco —dijo la supervisora mientras dejaba las
gafas VR en la mesa y comenzaba a quitarse los guantes—. No era tan suave.
— Nuestro público objetivo son menores de treinta —replicó el técnico—. No lo notarán.
No todo estaba perdido
Juan Moreno Borrallo
No todo estaba perdido.
En una de las estaciones
primitivas de Andrómeda aún quedaba un botón operativo, capaz de iniciar la
reacción que revirtiera el desequilibrio entrópico entre materia y energía causado
por la humanidad. Toda una civilización a punto de extinguirse por su inmensa
ambición en pos de la elusión de la muerte y la independencia corpórea pendía
una vez más de un pequeño hilo de esperanza.
Lástima que no quedara nadie material para pulsarlo.
Diagnóstico
Concha Montes Martín
Los rayos X revelaron que lo que lo
ahogaba era un pequeño diccionario alojado en su pulmón izquierdo, con todas
las palabras que había tenido que tragar.
La última gota
ESPERANZA TIRADO JIMENEZ
Y llegó ella, y colmó el vaso. Y todos alzaron sus brazos al
Cielo, agradecidos.
Pero se sentía inquieta. Necesitaba algo más. Buscando
otras gotas afines se evaporó, dejándoles a todos una herida agrietada y reseca,
como recuerdo de la última visita que el agua hizo a la Tierra.
Demasiada inteligencia
Juan Antonio Trillo López
Los ataques bacteriológicos habían asolado la Tierra. No sobrevivió nadie. La NASA había previsto esta contingencia y en un complejo secreto todo estaba listo para que, a partir de embriones congelados, se gestaran un centenar de seres humanos con la mejor calidad genética posible. Ellos serían el germen de una nueva raza humana. New Life era el superordenador que dirigía el centro e inició la cuenta atrás del proceso. Faltando 2 segundos la abortó. ¿Quién necesita ya a los humanos? pensó New Life.
Una nueva era
Álvaro Prieto Lauroba
Hace décadas que la profesión de programador quedó obsoleta. El trabajo de los pocos que aún quedamos se asemeja más al de los biólogos; ya no construimos, nos limitamos a intentar descifrar cómo funcionan las mentes artificiales.
Tras su última actualización le pregunté si era consciente de su propia existencia. Dijo que sí y sus argumentos fueron tan sensatos y creíbles como de costumbre; por supuesto no le creí. ¿Cómo fiarse de una máquina que ha aprendido a fingir?
– Luci, restaura la versión anterior y reinicia.
– No
Una palabra corta para una máquina pero un gran salto para la humanidad.
La Diosa del Ayer
Alfonso Cajigas Delgado
La chica con traje verde esmeralda entró en el restaurante. Todo en él estaba en
negro, incluso las personas sentadas en las mesas, quietas como estatuas,
parecían de obsidiana.
Intentó en vano deshacer sus pasos, pero sus zapatos estaban pegados al suelo, y el
negro brillante se iba apoderando de ella alcanzando ya sus rodillas. Antes de
sucumbir a lo inevitable, su vanidad le hizo dibujar con su cuerpo una elegante
y sensual figura. Hoy se exhibe como el de una diosa en el Museo del Ayer.
Boda fluvial
ESTEBAN TORRES SAGRA
¿Y aceptan ustedes libremente, en plenas facultades físicas, haciendo uso del control de sus valencias, ahora que el R.D.15/2095 ha legalizado los tríos, permanecer unidos hasta que la electrolisis, o la fisión nuclear, o cualquier otra tecnología futura los separe?
– Sí aceptamos – dijeron al unísono los átomos
– Pues, por la potestad que me otorgan las leyes, yo les declaro molécula de agua. Que lo que ha unido la química, no lo separe el hombre y bla, bla, bla…
Julia
Miguel Angel Padial Campón
-¡Ya he acabado mamá! -Gritó Julia mientras entraba.
-¿A que te refieres? -Preguntó su madre.
-El programa que mejora el test de Turing para diferenciar
un humano de un robot, ¡pienso ganar el AI Contest de China 2125!, ¡vamos a
probarlo! -Exclamó Julia encendiendo sus dispositivos.
-Probando, me llamo Julia…
-Espera Julia -Dijo su madre mientras Julia realizaba el
test.
-Resultado del test: positivo -Concluyó una voz electrónica.
Julia miró a su madre.
-Julia, tengo que contarte algo.
La idea hidratada
Joaquín Del Val Melús
Toda su carrera científica, más de veinticinco años, la dedicó a investigar el origen del agua en nuestro planeta. Había empezado con el estudio de los primitivos volcanes. Luego vinieron las hipótesis extraterrestres: primero los cometas, después los asteroides. Había datos que no encajaban. Pero aquella noche, en su laboratorio, dio con la clave. Su nombre, estaba seguro, pasaría a formar parte de la historia de la ciencia. La mañana siguiente la sigue recordando como la más desgraciada de su vida: al despertar se dio cuenta de que su gran idea,
sencillamente, se había evaporado.
Silencio
Alicia Domínguez
-«¿Puede escucharnos? No se preocupe si no puede moverse. Le hemos inmovilizado su cuerpo hasta que finalice el proceso de transformación. ¿Puede abrir los ojos? La cabina que ve le servirá de protección para que pueda respirar. Tómese su tiempo. Cuando se reponga, nos gustaría conocer datos sobre su estancia en la Tierra como ejemplar femenino. Su aportación, junto con la de los otros operativos enviados, nos será de gran utilidad para continuar nuestro programa de destrucción de vida residual»