Historias del cambio

Un modelo de comercio alternativo y más sostenible

Si la población mundial alcanzase en 2050 los 9.600 millones de personas, necesitaríamos el equivalente a tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales. Así lo estiman desde Naciones Unidas. Por esta razón, es necesario avanzar hacia un modelo económico y productivo más sostenible. En esta Historia del Cambio abordamos la iniciativa de Richard Adams que demostró que un comercio más justo es posible.

Con la vista puesta en la agenda 2030, los Estados Miembros de Naciones Unidas aprobaron una serie de objetivos sostenibles. El ODS 12 dice: “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.

Tan solo el 3% del agua del mundo es potable y los humanos la consumen más rápido de lo que la naturaleza tarda en reponerla. La agricultura es su principal consumidor y el riego representa casi el 70% de toda el agua disponible para el consumo humano. Y, a pesar de ello, el consumo de una gran parte de la población mundial sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades más básicas.

Para revertir esta situación es necesario reducir el desperdicio de alimentos en el mundo y crear cadenas de producción y suministro más eficientes. Porque, además, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector alimentario representa alrededor del 22% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, en gran medida debido a la conversión de bosques en tierras de cultivo.

Tan solo el 3% del agua del mundo es potable

Estos datos evidencian una clara necesidad de cambiar la gestión de los recursos naturales y la forma en la que eliminamos los desechos tóxicos y contaminantes hacia otros modelos más eficientes y sostenibles. El primer paso para avanzar hacia un crecimiento económico y un desarrollo más sostenible pasa por minimizar el impacto que generamos en nuestro planeta, es decir, debemos reducir nuestra huella ecológica. Y para esto es necesario impulsar y promover nuevos modelos de consumo y producción sostenibles.

El comercio justo y su creador, Richard Adams 

En primer lugar, es importante conocer el significado de la palabra comercio que engloba una de las actividades más antiguas del mundo. Según la Real Academia de la Lengua, comercio significa compraventa o intercambio de bienes o servicios. Esta acción ha sido una de las más fundamentales para el establecimiento de las primeras economías, así como para el flujo y la expansión de las culturas.

La actividad comercial forma parte de las principales ocupaciones del ser humano a lo largo de la historia, pero no siempre ha sido una actividad equilibrada entre las dos partes que la realizaban. Sin embargo, y con el paso del tiempo, han ido surgiendo diferentes instituciones para regular este ejercicio de la forma más justa posible.

En 1995 se fundó la Organización Mundial del Comercio (OMC) que tiene como objetivo garantizar que el ejercicio del comercio internacional se lleve a cabo de la manera más sana y justa posible.

Esto lo consigue ayudando así a los productores y exportadores de bienes y servicios a integrarse a la oferta y la demanda de un mundo cada vez más globalizado económicamente. La OMC está compuesta por 164 naciones diferentes, y un grupo de naciones observadoras que hacen de jueces imparciales entre las negociaciones que tienen lugar.

¿Quién es Richard Adams? 

Mientras estudiaba en la Universidad de Durham (Inglaterra) con la intención de, en un futuro próximo, convertirse en pastor protestante, a Richard Adams se le cruzó en su camino un concurso con el lema “Cómo alimentar el mundo”. Investigando, descubrió que la solución más obvia era conseguir que los granjeros que vendían sus productos a bajo coste en sus propios países pudieran venderlos a mejor precio en los países desarrollados sin ser estafados por intermediarios.

Adams se centró en la parte comercial y, con la ayuda de un compañero especialista en economía agrícola, lograron atraer la industria del norte de Inglaterra. En 1979 fue cuando comenzó su andadura TRAIDCRAFT, una organización con fuertes principios religiosos donde Adams y otras seis personas más crearon una forma justa y ética de comerciar.

Comercio justo para avanzar hacia un modelo productivo más sostenible

El primer catálogo de Adams fue elaborado a mano y contaba con una pequeña selección de productos de yute de Bangladesh. En dos años introdujeron el té, el café y, ya en 1983, se había creado un amplio negocio de importación de frutas y verduras desde la India.

Como por aquel entonces el transporte de mercancías aéreo era barato, pudieron importar alrededor de diez toneladas de productos a la semana, que enviaban a mercados de venta al por mayor de Londres. Cuando el precio del petróleo subió e hizo que la importación de productos frescos fuera inviable, Traidcraft se pasó a comercializar yute o madera. «Era perfecto porque empleaban a mujeres, muchas veces trabajando desde casa, y les ofrecía la posibilidad de tener un salario justo».

Actualmente, la organización cuenta con más de 140 empleados, vende alimentos, ropa y accesorios, papel y artesanías, y trabaja con más de 100 grupos de productores en más de 30 países de todo el mundo.

El sistema Fairtrade 

Este comercio ha dado lugar a un modelo alternativo de comercio, el sistema Fairtrade, que está integrado por:

  • Tres redes regionales de productores que representan a agricultores y trabajadores de África, Oriente Medio, Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe;
  • 19 organizaciones nacionales Fairtrade y 8 organizaciones de comercialización que distribuyen y promueven los productos Fairtrade en los países consumidores;
  • Fairtrade International, la organización no gubernamental (ONG) coordinadora que establece los Criterios de Comercio Justo Fairtrade acordados internacionalmente y coordina el funcionamiento de Fairtrade a escala mundial y
  • FLOCERT, la principal entidad certificadora independiente de Fairtrade, que inspecciona a los productores y comerciantes para verificar que cumplan los Criterios de Comercio Justo Fairtrade.

En 2006, el diario británico The Independent calificó a Richard Adams como una de las cinco personas que más activamente había participado en “hacer del mundo un lugar mejor”. Y un ejemplo de haberlo logrado se encuentra en algunos de los datos que logró registrar gracias a la escala de Fairtrade que Adams impulsó:

  • 665.054 de agricultores y trabajadores Fairtrade en 2016.
  • 2,3 millones de hectáreas de terreno en producción Fairtrade en 2016 (equivale a unas 13 veces el tamaño de Londres u 80 veces el tamaño de Hong Kong).
  • 579.080 toneladas de plátanos Fairtrade vendidos en 2016.
  • 829 millones de tallos de flores vendidos en 2016:
  • 722.060 hectáreas dedicadas al cultivo de cacao Fairtrade en 2016.
  • 19.659.272.496 de tazas de café que podrían elaborarse a partir de las 185.777 toneladas de café Fairtrade vendidas en 2016.

Y, para terminar, merece la pena recordar uno de los consejos que Adams trató de transmitir a lo largo de su vida a los jóvenes: «La gente joven que quiera lanzarse a una idea nueva para un negocio necesitará mucho entusiasmo, pero también deberá adquirir experiencia para no perder el entusiasmo”. Y es que para emprender no basta solo con tener una buena idea, es necesario valorar cada proyecto y sus consecuencias para estar preparado ante cualquier adversidad que pueda darse.