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La experiencia de cambiar la vida de las personas

4 de Febrero de 2019
La docente Lydia Castro Núñez comparte con nosotros su experiencia en el ‘Stockholm Junior Water Prize’, junto a Miguel Sequeiros Doval y Miguel Aragón Fernández, ganadores del premio en 2018 gracias a un innovador sistema ecológico para degradar las contaminantes toallitas higiénicas.

A comienzos del año pasado, llegó a mis manos la convocatoria del Stockholm Junior Water Prize. Ese fue el comienzo de una gran aventura que finalizó en el pasado mes de agosto con nuestra visita a la fase internacional del certamen en Estocolmo. Cuando me preguntan qué significó para mí como profesora, surgen multitud de sensaciones que me embargan por dentro, desde las horas y horas de trabajo con los alumnos Miguel Sequeiros Doval y Miguel Aragón Fernández y los ensayos de la presentación de su proyecto antes de ir a Madrid, hasta la emoción de saber que iríamos a la capital sueca en agosto en representación de España a la final internacional.

Ganadores españoles en Estocolmo

Lo que allí hemos vivido ha sido una experiencia muy enriquecedora en todos los aspectos. Hemos tenido ocasión de convivir con estudiantes y con profesores de nacionalidades y culturas muy distintas; hemos compartido emociones, vivencias, nervios, anécdotas… Pero lo que más me impresionó, fue el ambiente de hermanamiento que se creó entre todos los estudiantes. En cierta manera, más que un concurso científico, podría decirse, parecía un campamento de verano en el que todos habían ido a disfrutar de la experiencia, a compartir y aportar soluciones a un problema que cada vez es más preocupante. Multitud de corazones latiendo al mismo son: el del cambio, el del compromiso con el medio ambiente.

De entre las cosas más importantes que me llevo de esta gran experiencia, es que hay esperanza. Y que tiene nombres y apellidos. Los de todas esas chicas y chicos que día a día ponen ilusión y esfuerzo a todo tipo de proyectos en sus respectivos colegios, donde junto a sus profesores trabajan, investigan, colaboran y se esfuerzan para aportar soluciones a los diversos y complejos problemas que sufre nuestro planeta.

Final internacional SJWP 2018

Por eso me gustaría animar a todos los profesores a que intenten plantar la semilla del cambio en sus alumnos. Soy consciente de que puede sonar difícil. Pero al final, solo aprendemos aquello que amamos y, quizá, si enseñamos a nuestros alumnos a apreciar nuestra biodiversidad, a valorar nuestros ríos y océanos, a tener conciencia medioambiental, a disfrutar de un paseo por el bosque y a contemplar y a disfrutar una puesta de sol, entonces, podríamos darle un giro a esta situación y, ¡podríamos cambiar el Mundo!

Por último, agradecer a Fundación Aquae y a la Escuela del Agua su gran labor pedagógica y de concienciación social. Gracias a iniciativas como el Stockholm Junior Water Prize, los jóvenes encuentran una motivación para implicarse de manera activa y práctica en los proyectos de investigación y de desarrollo. Y desde instituciones y centros de enseñanza, tenemos la obligación de seguir luchando para que este tipo de certámenes se sigan celebrando y, así, que se puedan seguir nutriendo de excelentes proyectos.

ACERCA DEL AUTOR

Lydia Castro Núñez
Nace en Ourense (01/03/1980). Cursa estudios de Biología molecular en la Universidad de Santiago de Compostela (1998-2003). Trabaja en el laboratorio de Oncología molecular de la Facultad de Medicina en la misma universidad entre los años 2003 y 2005. Obtiene una beca de investigación en el centro Príncipe Felipe de Asturias, en Valencia, donde permanece un año. A continuación, viaja a Holanda para realizar estudios de doctorado en la Universidad de Utrecht hasta el 2012. Desde el año 2014, se dedica a la docencia, primero en el sector privado y, después, desde el curso 2017-2018, en el colegio Marista Santa María de Ourense. Amante de la música, ha cursado, además, el grado profesional de violín en el Conservatorio de Santiago de Compostela.