“Quiero hacer contigo/ Lo que la primavera hace con los cerezos”. Aprendí muy pronto que Pablo Neruda era uno de los míos. El poeta de la Araucanía, que fue ornitólogo antes que autor, le ha escrito las cartas de amor más bellas a la naturaleza. Especialmente en primavera.
Si hay una cultura que conoce la importancia de los detalles, esa es la cultura japonesa. El concepto de hanami describe el acto de contemplar la floración de las plantas. En Japón, este acto se lleva a cabo cada primavera, cuando se produce la floración de los cerezos. Es un espectáculo de color y sensaciones con una gran carga emocional que el japonés ha podido condensar en una sola palabra. Pero no hace falta irse a Japón para experimentar hanami. Los cerezos en flor en el Valle del Jerte pintan un paisaje único en Cáceres. A fin de cuentas, Japón y España no están tan lejos como parece.
La floración con la llegada de la primavera
Y ocurre que la semana que viene es primavera.
Llega el tiempo de enfundar los móviles y mirar un poco más al cielo. De abandonar las avenidas y las moquetas y echarse a los campos y los musgos. Salir de los pueblos andando los caminos de tierra que van a las fuentes. También es tiempo de apearse del tren en una estación de montaña, emocionarse con el aroma del aire fresco y echar a andar hacia la cumbre.
Ha llegado el tiempo de acercarse a la orilla del rio y sentir cómo su corriente circula por nuestras venas. Y sobre todo, es el momento de mirar a los cerezos. Ésos a los que, como dijo el poeta, la primavera empieza a hacerles el amor apasionadamente.
Hay pocos espectáculos que se puedan comparar al de la floración de los cerezos. Es especialmente bonito si pasa en casa, en el Valle del Jerte. Sus varas cobrizas, rectas y tersas, completamente desnudas de hojas, empiezan a pintarse de blanco cuando llegan estas fechas, con el primer aliento de la primavera.
Es una floración sobrevenida, tan fuerte e indecorosa que hasta ruboriza. Son tantas las flores que se dan por centímetro de rama que en apenas unos días los campos de cerezos parecerán nevados, convertidos en auténticas galerías de arte al aire libre.
El concepto japonés de hanami
En Japón sienten auténtica pasión por los cerezos en flor. Tanta que hasta tienen un nombre para este espectáculo de la naturaleza: hanami, el arte de contemplar las flores. Y para los japoneses la más bella de todas ellas es la sakura, la flor del cerezo.
Durante los próximos días los jardines y parques de la isla ofrecen a quienes acuden a visitarlos el mayor espectáculo de cuantos acontecen en el país: la explosión de las sakuras. Una ceremonia de la naturaleza que convoca a millones de ciudadanos. Gente de todas las edades y condiciones que por un día, y sin que sirva de precedente, apagan sus móviles, miran a los árboles y se embelesan contemplando la delicada belleza de sus ramas recién floridas.
Cerezos en flor en Valle del Jerte
En España también tenemos nuestro particular hanami. Cada año, cuando llega la primavera, el Valle del Jerte se convierte en un inmenso jardín japonés de cerezos en flor en plena vega extremeña. La visión del millón y medio de cerezos en flor, de las bellas y delicadas sakuras, da lugar a una de las estampas más bellas de la primavera ibérica.
Este año, para celebrarlo, el Valle del Jerte dará la bienvenida a la primavera hermanándose con el pueblo japonés mediante un ciclo de actividades que se desarrollará durante el próximo fin de semana (21 y 22 de marzo). Talleres de ikebana (el arte floral japonés), mercado de productos artesanos, senderismo o exhibiciones de Taiko (el tambor japonés) vincularán la floración del cerezo extremeño con la de los que florecen a los pies del Fuji, para celebrar este auténtico hanami español.
Por eso, antes de acabar este modesto apunte del blog como ha empezado, es decir con un poema, permítanme que les recomiende visitar el Valle del Jerte. Uno de los mejores lugares del mundo para recibir a la primavera y sentirse acompañado por la más delicada de las primaveras, pues como dice el célebre haiku del gran poeta japonés Kobayashi Issa: “Bajo las flores del cerezo/ nadie es/ un perfecto desconocido”.
