Historias del cambio

Creadoras de arrecifes en los fondos marinos

Convertir las plataformas petrolíferas en arrecifes artificiales es una alternativa sostenible para evitar la contaminación del fondo marino. Emily Callahan y Amber Jackson son dos mujeres científicas que en 2015 crearon Blue Latitudes para concienciar al mundo en general sobre el futuro de conservación de los océano.

Érase una vez, dos mujeres llamadas… Emily Callahan y Amber Jackson

¿Qué pasa cuando la vida útil de una plataforma petrolífera, esas grandes estructuras dedicadas a extraer gas natural y petróleo de los yacimientos del lecho marino, ha llegado a su fin?

En virtud de un protocolo suscrito por 15 naciones en 1998 -la Convención para la Protección del Medio Ambiente Marino del Atlántico Nordeste (OSPAR), las plataformas en altamar no pueden ser abandonadas a su suerte. Se exige que la superestructura sea eliminada. Para ello se utilizan dos alternativas: o desmantelarlas y sacarlas del mar, o hundirlas.

La primera opción tiene un coste 5 veces mayor que la segunda, pues habría que trasladar toda la estructura a tierra firme, desmontarla y reutilizar su material. Pero si las hunden, convertiremos el fondo de nuestros océanos en verdaderos basureros. La eliminación completa de una plataforma daña terriblemente la vida marina alrededor de las estructuras y deja una huella enorme de carbono.

Convertir petrolíferas en arrecifes artificiales

No obstante, existe una tercera opción, que es acogerse al programa Reef to Rings (De Plataformas a Arrecifes), por medio del cual, una plataforma cuando llegase a su fin se convertiría en un arrecife artificial viviente. Es una solución costosa, pero podría ser la mitad de lo que valdría su total desmantelamiento. ¿Cómo se lleva a cabo esta operación? El pozo petrolífero se tapona (corta) y los 25 metros superiores de la plataforma se vuelcan, se remolcan y se retiran. Y dejan, perfectamente señalizada, el resto de estructura sumergida.

Cada plataforma debe estudiarse caso por caso por medio de unas extensas evaluaciones ecológicas, y consensuar el valor potencial que pueda añadir al ecosistema local. Algunas plataformas tienen una estructura más compleja, con muchas vigas transversales que pueden atraer la vida a los rincones y grietas, mientras que otras son mucho más simples, son menos profundas, o no están en ubicaciones ideales.

Desmantelar una plataforma petrolífera tiene un coste cinco veces mayor que hundirla

Si se encuentran en la base de la desembocadura de un río, donde existe mucha sedimentación, no serían buenas candidatas para un arrecife. Otro factor determinante es la antigüedad de la estructura y la cantidad de vida que reúne. Alrededor de un 30 o 40% de las plataformas podrían optar a convertirse en arrecifes. Aquí es donde estas dos mujeres literalmente se sumergen y bucean.

Emily Callahan es bióloga marina, consultora y exploradora de petróleo y gas. Sus experiencias en las evaluaciones de impacto ambiental abarcan tanto el sector privado como a nivel estatal. En el Golfo de México fue testigo presencial del desastre medioambiental causado por el vertido de petróleo de una plataforma de BP. Y pudo comprender la importancia de estas estructuras para el hábitat de los peces.

En aquella ocasión, la compañía petrolera contrató a los pescadores locales, que no podían pescar debido al vertido, como capitanes de los barcos que acercaban a los investigadores a las plataformas.Mientras ellos trabajaban y realizaban tomas de sedimentos o muestras de biota, los pescadores repetían una y otra vez lo abundante que era la pesca cerca de la plataforma. “Parecía increíble, porque precisamente estábamos allí para limpiar el vertido de petróleo en esas aguas, e investigar el impacto del derrame”.

Amber Jackson es oceanógrafa, científico ambiental y empresaria. Trabajó en un programa llamado Google Ocean, donde lanzó el “Underwater Street View”, donde el púbico se puede sumergir virtualmente y visitar un arrecife de coral. Realizó su labor con la Sylvia Earle Asociation para conectar diversos públicos con la ciencia oceánica. Ambas son expertas buceadoras y poseen amplia experiencia en programas R2R.

Emily Callahan y Amber Jackson son dos mujeres científicas que vieron en la creación de arrecifes artificiales una alternativa sostenible frente a las plataformas petrolíferas

Amber y Emily juntaron sus conocimientos, sus experiencias y sus ganas de preservar el entorno marino y en 2015 nació Blue Latitudes, una consultora medioambiental marina, orientada a desarrollar soluciones creativas y rentables para los problemas ambientales que rodean a la industria de la energía marina. De hecho, en 2018 la lista Forbes (en menores de 30 años) las incluyó como unas de las 30 personalidades más importantes en el sector energético marino.

La primera vez que se sumergieron en una plataforma, cuando las burbujas desaparecieron a su alrededor mientras descendían, un mundo mágico y sensual apareció antes sus ojos. Tenían delante una impresionante estructura de una altura y envergadura similar al Empire State Building, pero en realidad lo que estaban contemplando era un arrecife artificial latente y vivo. Leones marinos, anémonas de color rosa fosforescente, vieiras del tamaño de una pelota de tenis y grandes cardúmenes de jureles lo rodeaban, lo atravesaban y parecían vivir en armonía en él.

Desde que el programa se creó en 1985, en el Golfo de México se han convertido casi 600 plataformas. Esto es una noticia excelente, pero la realidad es que en el resto del mundo las cosas no han ido tan bien, ya que muy pocos países han aprobado una ley de conversión en arrecifes… y menos aún la han aplicado, complicando la tarea de crear estos arrecifes artificiales sostenibles. La intención de Blue Latitudes es concienciar al mundo en general (incluidos empresas, legisladores y gobiernos) sobre el futuro de conservación de los océanos. El Mar del Norte, donde se concentra una gran cantidad de plataformas, no son muy reacios a implementar este programa. Tal vez porque en esa zona hay muchos países con gestiones, culturas o políticas ambientales diferentes.

Emily Callahan y Amber Jackson son dos mujeres científicas que vieron en la creación de arrecifes artificiales una alternativa sostenible frente a las plataformas petrolíferas

Su trabajo cada día es una aventura diferente, porque uno de sus proyectos fue evaluar biológicamente el lugar propuesto para que el artista Doug Aitken expusiera su obra “Underwater Pavilions”: tres esculturas submarinas flotando debajo de la superficie del océano, en la isla de Catalina, frente a las costas de California. La evaluación incluyó una extensa descripción de los diversos tipos de hábitat en esa área.

También han conocido la primera plataforma convertida en hotel de ecoturismo, en Borneo (Malasia), un lugar excepcional para los amantes del buceo. Su trabajo fue muy intenso, porque realizaron una media de 3 inmersiones por la mañana y dos por la tarde, y luego procesaban todos los datos recopilados para su estudio y preparaban las tomas para la película “Transecting Borneo”, en el canal Matador Originals, un documental de poco más de 30 minutos muy recomendable.