¿Por qué necesitamos agua para vivir?

El agua es el elemento más importante para los seres vivos. Gracias a su presencia, el cuerpo humano puede llevar a cabo los procesos biológicos.

La importancia del agua para los seres humanos es tan evidente que constituye casi las dos terceras partes del peso del cuerpo y está presente en todos los tejidos corporales y en los órganos vitales: cerebro, pulmones, corazón, hígado y riñones. Es un elemento fundamental en procesos como la digestión y la absorción y eliminación de desechos metabólicos no digeribles. También estructura el sistema circulatorio y distribuye nutrientes hacia todo el cuerpo a través de la sangre. Además, el agua contribuye al mantenimiento de la temperatura somática, ya que ayuda a eliminar el calor sobrante con su salida en forma de transpiración y vapor a través de la piel. Por esta razón, la mayor parte del peso que se pierde durante un entrenamiento deportivo es agua, por evaporación y sudor.

A continuación, cuatro funciones vitales que realiza el agua dentro de nuestro organismo:

1 | Regular la temperatura corporal

El organismo utiliza el agua para liberar calor cuando la temperatura ambiente es elevada; lo hace provocando la sudoración. El cuerpo puede perder hasta 1,5 litros de sudor por hora. Además, cuando hay un exceso de temperatura, la sangre abandona los capilares próximos a la piel para contribuir a mantenerla fresca. Foto: Wirachaiphoto © Shutterstock.

2 | Transportar los nutrientes y el oxígeno

Además de participar en el proceso de descomposición bioquímica de los alimentos que ingerimos, el agua, a través del sistema circulatorio, se encarga de transportar los nutrientes (minerales, vitaminas y glucosa) y el oxígeno a todas las células del cuerpo. El plasma sanguíneo se compone en un 91% de agua. Foto: Urfin © Shutterstock.

3 | Eliminar toxinas del cuerpo

Del mismo modo que provee de nutrientes, el sistema circulatorio recoge las sustancias de desecho que las células no necesitan y acaban siendo expulsadas a través de la orina y las heces, y también del sudor. El agua es vital para el buen funcionamiento de los riñones como órganos filtradores de las toxinas. Foto: Aggeich @ Shutterstock.

4 | Lubricar las articulaciones

Gracias al agua del líquido sinovial nuestras articulaciones pueden funcionar de forma fluida. De hecho, beber poco líquido puede conllevar la aparición de lesiones y artritis. El agua también actúa como amortiguador y protector de los huesos y la columna vertebral frente a traumatismos, y también de otros órganos, como el cerebro, la médula y los ojos. Foto: G-Stockstudio © Shutterstock

El agua corporal: un equilibrio constante

En un proceso permanente de incorporación y eliminación de agua, una de las funciones vitales del cuerpo es mantener el equilibrio constante entre el agua que ingresa y la que sale.

Como el cuerpo no posee un órgano o espacio destinado a almacenar agua, es necesario ingerir líquido permanentemente para restituir las cantidades de que se van perdiendo. El cuerpo humano puede sobrevivir varias semanas sin ingerir alimentos, pero ese lapso de tiempo se reduce sustancialmente ante la ausencia de agua. El ser humano incorpora entre 2,5 y 3 litros de agua diarios. La mitad (de 1,5 a 2 kg) a través de bebida y el resto por alimentos sólidos. Algunos de ellos, como frutas y verduras, están constituidos por agua en un 95%. Otros, como el huevo, en un 90%, y las carnes rojas y el pescado en un 60 a 70%.

Cómo se controla la sed

El cuerpo humano necesita reponer diariamente los algo más de dos litros de agua que pierde entre el sudor, la respiración, la orina y las defecaciones. Mikkel Bigandt © Shutterstock.

El cuerpo humano necesita reponer diariamente los algo más de dos litros de agua que pierde entre el sudor, la respiración, la orina y las defecaciones. Mikkel Bigandt © Shutterstock.

El núcleo del control se encuentra en el hipotálamo, una de las regiones centrales del cerebro. Si se registra que aumenta la concentración de plasma en la sangre significa que el cuerpo está perdiendo agua y comienza a deshidratarse. En ese momento, el cerebro emite un estímulo para provocar la sensación de sed. Otros síntomas, como la boca seca por falta de saliva, lo avisan también. Como máximo, el cuerpo humano puede estar cinco días sin ingerir agua.

Actualizado: 21/09/2022