Agua para la Amazonía peruana
Fundación Aquae y UNICEF unen sus fuerzas en el Amazonas
Fundación Aquae y UNICEF colaboran a través de ‘Agua para la Amazonía Peruana’ con el objetivo de que la región disponga de servicios de saneamiento dignos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en junio de 2013 y a través de la Resolución 67/291, decidió que el día 19 de noviembre sea el Día Mundial del Retrete o del Saneamiento, como parte de una campaña destinada a la toma de conciencia de la gran importancia de acceso sostenible al agua potable y a los servicios básicos de saneamiento, considerados como derechos humanos.
Un tercio del planeta no tiene actualmente acceso a un saneamiento mínimo, algo que permite el desarrollo como sociedad, cuestión que, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el número 6, se trabaja para revertir una situación que afecta a alrededor de 2.500 millones personas alrededor del mundo. Casi un millón de niños mueren a causa de la diarrea ocasionada por las infecciones debido a un mal saneamiento y déficits higiénicas.
Fundación Aquae y UNICEF colaboran dentro de este contexto con un objetivo concreto a través de ‘Agua para la Amazonía Peruana’, en una región donde el 89% de su población no dispone de agua potable. Con el apoyo del Gobierno de Perú, el proyecto persigue que una población de más de tres millones de personas dispersa en más de setenta mil comunidades disponga de servicios de saneamiento dignos. Así, esta colaboración ha permitido instalar 130 baños ecológicos secos en la región amazónica de Perú, como en Loreto y Ucayali.
Una iniciativa que está sirviendo, desde su trabajo regional, para una toma de conciencia mayor. Así, tras comprobar los efectos tan positivos de estas infraestructuras que están provocando en su población, el Ministerio de Viviendo, Construcción y Saneamiento de Perú (MVCS) está incorporando estas soluciones en su política pública de saneamiento rural a nivel nacional.
Olga Isaza, representante adjunto de UNICEF Perú, explica el proyecto, «iniciamos este proyecto en 2014, junto a Fundación Aquae, cuando nos dimos cuenta de que existen más de 70.000 comunidades de menos de 200 habitantes donde el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento es literalmente inexistentes. Un hecho que influye muy negativamente en la salud de los más pequeños, que representan el 30% de esta población, provocándoles enfermedades como la diarrea o infecciones respiratorias y haciéndoles más vulnerables ante epidemias como la del virus ZICA».
Las letrinas ecológicas incluyen lavadero de manos y un depósito doble que permite transformar los deshechos en compost utilizable para el cultivo, instaladas en una región integrada por Perú y otros siete países latinoamericanos en la que habitan alrededor de cuarenta millones de personas, que viven cerca del río Amazonas pero que, a su vez, no cuenta con agua potable. Muchos de estos baños se han construido a una altura aproximada de un metro para asegurar su resistencia durante la época de lluvias y de crecida de los ríos, debido a que en algunas de estas zonas se producen copiosas lluvias durante nueve meses al año.
Un proyecto en continuo crecimiento y que tiene previsto construir en 2019, «otros 60 baños más, tanto en las casas como en las escuelas y los centros de salud», informa Isaza, quien, además, enfatiza la importancia de mejorar las condiciones en las escuelas, dado que en ellas «hemos identificado una problemática que, poco a poco, estamos solventando gracias a estas letrinas: la higiene menstrual de las adolescentes. Durante la menstruación antes se quedaban en casa ante la imposibilidad de asearse adecuadamente en el colegio donde, además, sufrían bullying».
El foco de ‘Agua para la Amazonía Peruana’ se encuentra en la población local. A través de los líderes de las diferentes comunidades, participan en el diseño, gestión y mantenimiento de las instalaciones. Por tanto, hablamos de un trabajo conjunto y colaborativo, dentro del cual, UNICEF, con el apoyo de la Fundación Aquae, las autoridades locales y regionales y las diferentes comunidades, diseña las soluciones que mejor se adaptan a cada contexto rural, probándolas en el terreno para ajustarlas a cada caso particular para ser, posteriormente, aprobadas por todos.
Resulta de gran importancia, finalmente, el tema de la formación en diferentes niveles para que el proyecto pueda seguir creciendo. Así, se proporciona asistencia técnica en temas relacionados con el agua a los líderes comunitarios y a las autoridades de la zona. Por otro lado, se forma a la población local en hábitos de higiene.