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Nubes para dormir
Nubes para dormir
Autor: Diana Paola Arboleda Mancilla
Sufría cada noche. En cualquier postura era inevitable amanecer con un mico montado en el cuello. Una roca debajo de mi cabeza podría ser más fastidiosa que el suelo mismo, por eso intenté con heno pero no logré adaptarme a su textura. Mirando hacia el cielo mientras cuidaba el rebaño vi una similitud entre las nubes y el pelaje de las ovejas —qué suavidad— pensé. La primera noche intenté dormir sobre una de ellas, la segunda mi cabeza descansaba sobre su pelaje cortado envuelto en una tela. Le llamé nube bajo mi cabeza, después se llamó almohada.