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La contaminación es la introducción de un contaminante en un ambiente natural que causa inestabilidad, desorden, daño o malestar en un ecosistema, en el medio físico o en un ser vivo. Por lo general, las consecuencias de la contaminación se derivan fundamentalmente de la actividad humana. Existen diferentes clases o tipos de contaminación dependiendo del medio al que afecte, del método contaminante y la extensión de la fuente.
El contaminante puede ser una sustancia química o energética. También el sonido, el calor o la luz lo son. Puede ser un elemento extraño o, incluso, natural; en este caso, cuando su presencia en un medio ambiente particular excede los niveles normales.
Hay tres tipos de contaminación según el medio en el que actúa el contaminante:
Otros nueve tipos de contaminación dependen del método contaminante ambiental y están relacionados con los tres anteriores. Es decir, los siguientes tipos se pueden dar en los tres anteriores, por separado o combinándose:
Los tipos de contaminación anteriores, además, pueden ser evaluados según la fuente de la que proceden:
Aunque cada uno de los tipos de contaminación tiene unas consecuencias en el medio ambiente y en los seres vivos, en general, se pueden apreciar algunas comunes. La principal es cómo la contaminación ambiental es una de las causas del cambio climático, principalmente a través del calentamiento global.
Por otro lado, todos los tipos de contaminación, por separado o interactuando entre ellos, son un grave riesgo para la salud de los seres vivos y para la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas. De hecho las consecuencias de la contaminación sobre el ecosistema pueden ser irreparables. En este sentido, la explotación de los recursos naturales, junto a las diferentes emisiones contaminantes, destruyen hábitats naturales. Con ello, muchas especies animales y plantas ven mermado, cuando no destruido, su lugar natural, y deben migrar o exponerse a la extinción.