El glaciar Jakobshavn aumenta su masa de hielo
El fotógrafo de National Geographic James Balog, que en un primer momento se mostró escéptico acerca del cambio climático, salió de dudas a través del “Extreme Ice Survey”, el cual fundó en el año 2007, un programa fotográfico innovador que, a través del time-lapse documentó los efectos del cambio climático y el calentamiento global, mostrando en vídeo la pérdida de masa de diferentes glaciares a lo largo de los años. En el documental Chasing Ice (2012, Jeff Orlowski), se puede apreciar el proceso de cómo Balog fue registrando y capturando varios años del cambio de los glaciares del mundo.
Uno de los glaciares a los que Balog prestó atención era el Jakobshayn (también conocido como Ilulissat o Sermeq Kujalleq), situado en el oeste de Groenlandia, y al cual, en el documental, aunque sin aportar datos científicos al respecto, se apuntaba a que quizá fue el origen del gran iceberg con en el que chocó el Titanic en 1912. Pero lo que sí se demostró fue que había sido uno de los más afectados por el deshielo de Groenlandia en las pasadas dos décadas debido al calentamiento global, mostrando un proceso de pérdida de masa de hielo muy acelerado. Por ejemplo, se constató que había retrocedido, perdiendo, por ejemplo, tres kilómetros en 2013 con respecto al año anterior y que, en algunas de sus zonas, había disminuido hasta 40 metros su grosor.
En un reciente estudio publicado por Nature Geoscience, realizado por expertos internacionales entre los que se encuentra miembros de la NASA a través de la misión Oceans Melting Greenland (OMG), que utiliza barcos y aviones para medir cómo las temperaturas oceánicas afectan a las vastas extensiones de hielo de Groenlandia, muestra datos recogidos desde 2016 que evidencian que el retroceso se había detenido y que en determinadas zonas el hielo había vuelto a crecer. Los motivos de esta recuperación parcial se encuentran, según los expertos, en un cambio temporal en las corrientes marinas, con un enfriamiento del agua que limita la pérdida del hielo. No obstante, no se descarta que se trate de un fenómeno puntual que puede desarrollarse durante unos años para que, después, el iceberg continúe con el proceso de pérdida de masa y, a la larga, camino de su desaparición, dado que las previsiones son que las temperaturas seguirán aumentando debido al cambio climático.
La pérdida de hielo del Jakobshavn se debe, como del resto de glaciares, al aumento del nivel del mar a escala mundial, de ahí la relevancia en el estudio de su deshielo para combatir el cambio climático. Algunos expertos, al conocer el estudio, han apuntado que no debe tomarse como un fenómeno que esté revirtiendo los efectos del cambio climático. Josh Willis, uno de los investigadores principales de OMG, ha declarado en un comunicado que el “Jakobshavn está teniendo una ruptura temporal con este patrón climático. Pero a largo plazo, los océanos se están calentando. Y ver que los océanos tienen un impacto tan enorme en los glaciares es una mala noticia para la capa de hielo de Groenlandia”. Por tanto, este cambio de tendencia del glaciar no es tanto una buena noticia como un efecto de los cambios oceánicos producto del cambio climático.