‘E-book’ o libro en papel, ¿cuál tiene mayor huella de carbono?
Debemos tener en cuenta, antes de nada, que tanto el libro en papel como el e-book o libro electrónico contaminan en su proceso de producción. Cuando el segundo hizo su aparición parecía que venía a ofrecer al lector, en sus diferentes formatos, una manera de lectura más limpia, más ecológica y, por tanto, más respetuosa con el medio ambiente: básicamente por la no necesidad de uso de papel, algo extensible, a su vez, a cualquier dispositivo digital utilizado para la lectura. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja cuando se enfrenta el consumo de un libro tradicional, en papel, ante uno digital en términos de huella de carbono y, por tanto, de contaminación.
La tecnología ha adquirido un papel muy importante en nuestras vidas, cada vez con mayor presencia. En ocasiones, se puede pensar que leer por internet, enviar mensajes o correos electrónicos, o cualquier otra consulta realizada a través de nuestros aparatos electrónicos, no tiene consecuencias con respecto al medio ambiente. Sin embargo, todos contribuyen al aumento de la huella de carbono, dado que consumen combustibles fósiles. Por ejemplo, Alex Wissner-Gross, de la Universidad de Harvard, llevó a cabo un estudio sobre consumo energético de los buscadores de Internet y su impacto ambiental, revelando que una simple búsqueda en un portal se dirige a varios servidores que se encuentran a miles de kilómetros, el usuario acabará recibiendo la respuesta del servidor más rápido dado que compiten entre ellos por ser el más rápido en ofrecer la solución a la cuestión. Una situación que aumenta el consumo de energía, aunque no lo veamos, de tal manera que un par de búsquedas generan energía para hervir una taza de agua.
Porque lo digital puede ser inmaterial, pero tiene consecuencias en el mundo material y se proyecta en la huella de carbono. Un libro electrónico, frente al tradicional, parece más limpio, no posee forma y casi parece surgir de la nada. Pero lo cierto es que para crearlo se encuentra dentro de un proceso de producción que también produce un impacto en el medio ambiente, a pesar de ser diferente al tradicional. La cuestión es que ninguno de ellos es 100% sostenible, aunque en el caso del tradicional existen medios alternativos ecológicos que las editoriales llevan tiempo implementando, al menos en el uso del papel. Veamos las ventajas y desventajas de ambos libros.
¿Qué ventajas y desventajas tiene cada uno?
El e-book presenta una serie de ventajas frente al libro tradicional, del mismo modo que este lo hace frente a aquel. La cuestión reside en evaluar el conjunto a la hora de elegir cuál de los dos puede tener menos huella de carbono.
El libro electrónico, evidentemente, evita el uso de papel y supone, por tanto, un ahorro de espacio, no solo para las casas de los lectores, sino también porque no necesita ser almacenado y, por tanto, transportado desde lugar de producción: no hay distribución “física” y el nivel de CO2 se reduce considerablemente. Por otro lado, aunque suele señalarse como una ventaja que no necesita luz para leerse, no es del todo cierto: muchos dispositivos de lectura de e-book poseen la posibilidad de activar luz para la lectura y, por tanto, necesita batería o conexión a una red eléctrica; por otro lado, no se debe olvidar que el lector puede optar por su lectura en ordenador o en otros dispositivos como teléfonos móviles o tabletas, lo cual implica, de un modo u otro, la necesidad de electricidad.
Así, una de las desventajas del e-book o, más en particular, de sus dispositivos de lectura, se encuentra en que para proceder a la lectura deben estar cargados, ya sea mediante red eléctrica o a través de baterías. Por otro lado, son aparatos producidos por componentes tóxicos como el zinc o el arsénico, implicando con ello la necesidad de extracción de minerales, y, como consecuencia, la destrucción de bosques que conduce a la deforestación. Otro mineral que suele utilizarse es el cobalto, cuyas principales minas se encuentra en África, con un nivel de explotación de los recursos mineros y naturales y de los seres humanos muy elevado.
Con respecto a esto último, el libro tradicional, en papel, muestra una ventaja, dado que está fabricado de materiales reciclables y no necesita de extracción de minerales. Además, si se llevan a cabo medidas de ecoedición se disminuye el impacto medioambiental. Por otro lado, no necesita energía para funcionar como el e-book. En cuanto a sus inconvenientes, puede contener tintas o disolventes tóxicos. Por su naturaleza de papel, implica tala de árboles, si bien, en los últimos años muchas editoriales han optado por el uso de papel reciclado para sus ediciones, disminuyendo de esta manera el impacto en los bosques. Su producción y su carácter material implica que ocupe espacio y que deba ser transportado, puede que incluso en varias ocasiones, lo cual aumenta el nivel de CO2 y, por tanto, de su huella de carbono.
Como puede verse, ambos libros producen un impacto en la huella de carbono, sin embargo, hay una tendencia a pensar que el libro electrónico resulta mucho más perjudicial que el tradicional, y eso que en un primer momento se vendió como todo lo contrario. Según el Royal Institute of Technology de Suecia, un dispositivo de e-book comienza a compensar frente a un libro tradicional cuando se han leído en él un mínimo de 33 obras digitales de unas 360 páginas cada una. De esta relación tan directa se puede extraer qué compensa más… Y a partir de ahí, decidir qué libro quieres leer, si el tradicional o el electrónico. Aunque ambos tienen desventajas, parece que el e-book contamina bastante más que el tradicional…