Buitre leonado, un ave carroñera necesaria

Con más de 2,5 metros de envergadura y un peso de 6 a 9 kilos, este carroñero es una de las aves más voluminosas de Europa y también una de las más longevas.

Visto de cerca, en el aspecto del buitre leonado llaman la atención varios detalles morfológicos en la cabeza y el cuello, como el poderoso pico, la característica gola de plumas y el largo y desplumado cuello, cubierto tan solo por un fino plumón, que se adapta perfectamente a la explotación del interior de los cadáveres.

Junto con el buitre negro, el quebrantahuesos y el alimoche es una de las pocas especies de buitres que pueden verse en Europa, pues se le puede encontrar en España, Portugal, zonas aisladas de Francia (donde ha sido reintroducido) e Italia, buena parte de los Balcanes y Crimea.

El buitre leonado es un ave planeadora más que voladora, pues apenas mueve las alas en el aire, permaneciendo cernido en las altas corrientes durante las horas de más calor del día. Prefiere levantarse sobre corrientes ascendentes que se corresponden con fenómenos aerológicos que levantan grandes masas de aire caliente, pasando horas volando entre alturas de 1.800 a 3.500 metros sobre el nivel del mar, aunque en días excepcionales puedan llegar a los 6.000 metros sobre el nivel del mar y recorriendo desde 50 kilómetros a 300 kilómetros según la potencialidad convectiva del día, a la búsqueda de animales muertos (especialmente grandes mamíferos) de los que alimentarse.

Foto: ferran pestaña via Foter.com / CC BY-SA

Según SEO Bird Life, en España se ha estimado una población en el año 2008 de 25 000 parejas, con las mayores concentraciones en Castilla y León, Aragón y Andalucía. Destacan las colonias de las Hoces del río Duratón (710 parejas), Hoces del río Riaza (402 parejas), Arribes del río Huebra, (349 parejas). y las poblaciones del Cañón del río Lobos, del Valle del Rudrón, Alto Jalón, Campo Taranz, parameras de Maranchón, altos de Barahona y del parque natural del Alto Tajo.

Las poblaciones de esta carroñera sufrieron importantes declives en la primera mitad del siglo XX como consecuencia del veneno y la persecución directa, pero desde la década de 1960 la recuperación fue rápida y se pasó de las 2.283-3.240 parejas estimadas en 1979 a las 7.529-8.074 parejas calculadas para 1989; una década después, las cifras se duplicaron, quizá en parte como consecuencia de la mejor cobertura alcanzada en los censos más recientes.


Amenazas y Conservación

Debido a su espectacular recuperación demográfica, el buitre leonado no cumple actualmente los criterios para ser asignado a ninguna categoría de amenaza. Sin embargo, el repunte de la práctica de envenenar los campos y la nueva legislación sobre el tratamiento de los cadáveres y restos del ganado doméstico, como consecuencia de las recientes crisis sanitarias acaecidas en la Unión Europea, suponen graves amenazas para la especie a medio plazo. Además del veneno y la escasez de alimento en algunas regiones, se enfrenta a otros problemas, como las bajas sufridas en parques eólicos, los accidentes en tendidos eléctricos y las perturbaciones en las colonias de cría.

No obstante, para seguir contando con una saludable población de buitres leonados, dado su actual número bastaría con esforzarse en mantener un control del estado de la especie mediante censos periódicos, así como con atajar radicalmente el uso ilegal de venenos y con adoptar algunas medidas tendentes a flexibilizar tanto la legislación referida al tratamiento de restos de animales domésticos, como a la relacionada con la gestión de vertederos y muladares. La especie aparece en Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.