Microrrelatos

Se levanta, casi no puede

Se levanta, casi no puede abrir los ojos, le deslumbra la bola de fuego, tiene un invitado, no puede quedarse en casa encerrado, atraviesa la rafia de la cortina, salta por encima del seto, llega hasta la casa de Beme, siente el tambor de la cabeza, entra y busca la oscuridad, Beme le habla, casi no puede ni contestarle, el humo atenúa el dolor, la atmósfera cargada le aletarga, Beme habla con el invitado, luego se vuelve hacia él, le ofrece una piedra con símbolos grabados. Beme se la mete en la boca. El dolor se pasa. ¡Brujería!