Microrrelatos

Perfil bloqueado

El live video ya estaba en marcha, el corazón me latía al ritmo de
likes en Instagram. Todo iba bien, otro éxito seguro… o eso
parecía. Si ese perro no se hubiese cruzado en mi trayecto y no lo
hubiese apartado de una patada o simplemente, hubiera detenido la
transmisión en directo de todo lo que sucedía… La reacción de
mis seguidores no se hizo esperar. Treinta años, sin pareja, sin
trabajo. Esa era la realidad. La otra, la virtual, la del pulgares
arriba y corazones rojos, esa no volverá.