La contaminación por incendios supone una grave amenaza ambiental. Pero hasta hace poco no se conocían a fondo los efectos de los incendios forestales sobre el medio ambiente. En este artículo hacemos un repaso sobre los más importantes y su relación con la huella de carbono.
El mundo arde en llamas
En el área circunmediterránea (Sur de Europa, Cercano Oriente, Norte de África) arden medio millón de hectáreas de media todos los años. Esto supone un tamaño similar al de todo el archipiélago de las Islas Baleares. Estos datos sirven para valorar la catástrofe anual que se vive cada verano en nuestro entorno.
Por otro lado, el estilo de vida imperante en los países industrializados está basado en un alto consumo de combustibles fósiles. Esto ha causado un fuerte aumento de la concentración de moléculas de CO2 y otros gases (GEF) en la atmósfera. Las consecuencias de dicha concentración da lugar a lo que se conoce como efecto invernadero. Una de las causas del cambio climático que está afectando al clima global, que provoca el aumento de las temperaturas medias y reduce, o, en todo caso, modifica el régimen de lluvias en todo el mundo. De esta forma, vemos cómo los incendios se multiplican cada año. A su vez, la contaminación por incendios genera un aumento de temperaturas, creando un círculo vicioso del que es difícil escapar.
Sin duda, se trata de un problema global causado por nuestra especie. Es hora de que busquemos soluciones que permitan minimizar los efectos del cambio climático. Debemos hacerlo antes de que la solución sea inviable.
Contaminación por incendios
Es vital lograr un aumento en la inversión para la prevención de incendios forestales y la comunicación sobre las consecuencias que los incendios tienen para la contaminación ambiental. De la concienciación social depende que cada vez haya menos incendios forestales. Sirva como ejemplo comentar que la primera causa de incendios forestales en España. Hablamos de las quemas descontroladas de residuos agrícolas y forestales para la generación de pastos para la ganadería. El 95% de los incendios forestales generados tienen su origen en el hombre: quemas, descuidos, negligencias, pirómanos, etc. Así, solo un 5% es debido a rayos de origen natural.
Por ahora las administraciones públicas hacen lo que pueden con unos, cada vez más exiguos, presupuestos para la limpieza y gestión de los montes que garanticen que no se incendien con facilidad.
Por tanto, todos nosotros debemos interiorizar el problema. Porque todos somos parte de la solución a la contaminación y otros efectos que provocan los incendios forestales. Así, se trata de buscar el impacto individual en vez de poner cara circunspecta cuando vemos a la hora de la comida los incendios forestales en la televisión durante los veranos. Pero, a pesar de que los olvidamos con la vuelta al cole, los efectos de la contaminación por incendios se perciben durante todo el año.
La huella de carbono para mitigar los efectos de las emisiones
Para entender uno de los efectos de los incendios forestales, debemos hablar sobre el dióxido de carbono. Desde 2014 se ha abierto una puerta para que todos podamos colaborar. Desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente (MAPAMA) se ha creado la posibilidad de calcular nuestra huella de carbono, definida como “La huella de carbono permite cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero que son liberados a la atmósfera como consecuencia de una actividad determinada, bien sea la actividad necesaria para la fabricación de un producto, para la prestación de un servicio, o para el funcionamiento de una organización.”
Según el MAPAMA: “Esta cuantificación nos permitirá ser conscientes del impacto que genera dicha actividad en el calentamiento global, convirtiendo de esta manera la huella de carbono en una herramienta de sensibilización de gran valor. Hoy en día, ya se perfila como un elemento diferenciador de las organizaciones que deciden comprometerse con el medio ambiente y apuestan por el desarrollo de una actividad sostenible.”
Fundación Aquae contra la contaminación por incendios
Fundación Aquae lleva calculando su huella anual desde 2014. Mediante la plantación de árboles, compensamos el 100% de nuestras emisiones de CO2. De hecho, somos la primera fundación que realiza estos trabajos de compensación todos los años desde el comienzo de la iniciativa por parte del MAPAMA.
Para ello, Fundación Aquae ha contado en todos sus proyectos con Grupo SYLVESTRIS. Mediante técnicas de siembras innovadoras de restauración forestal de grandes zonas incendiadas, hemos creado nuevos bosques. Además, se se ha contado con personas locales que pertenecen a grupos vulnerables para llevar a cabo el proyecto.
Como indica el MAPAMA, “es crucial entender la huella de carbono no sólo como un mero elemento de cálculo, sino como un primer paso en el camino de la mejora y el compromiso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En ello reside, sin duda, su gran contribución a la lucha contra el cambio climático.”
Calcular, mitigar y compensar la huella de carbono de una organización, debería de ser una obligación para el bien común de todos, para la supervivencia de las siguientes generaciones.