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¿Cómo funcionan nuestros riñones?

Los riñones son los encargados de limpiar nuestra sangre. Y lo hacen fabricando un líquido cuya expulsión resulta vital para nuestro organismo. En esta Máster Class, Guillermo Pérez, biólogo y youtuber en WillDiv, nos cuenta cómo es el proceso de formación de la orina y por qué es importante.

Sabemos que el agua es vital para vida en la Tierra pero, además, también lo es para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Los riñones tienen mucho que ver en esto. No solo nos ayudan a mantenernos hidratados sino también a que las propiedades de nuestra sangre contengan las sustancias necesarias para estar sanos. El agua forma parte de uno de los procesos más importantes de nuestro metabolismo. Por ello, en esta Master Class, queremos indagar un poco más en su funcionamiento e importancia.

Los riñones, junto a los uréteres, la vejiga y la uretra, forman parte del sistema excretor. Y, precisamente, en el proceso de formación de la orina, los riñones son los protagonistas de este proceso.

Están ubicados en la parte inferior del abdomen, uno a cada lado de la columna vertebral y su tamaño es de 12 centímetros de largo y 6 de ancho. Guillermo Pérez los define a los riñones como «la planta de depuración de nuestro cuerpo» Y es que estos órganos son los encargados de limpiar nuestra sangre de desechos y sustancias tóxicas que nuestro cuerpo no necesita. Esta limpieza requiere de la formación y expulsión de un líquido que conocemos como orina.

El proceso de formación de la orina se produce de forma similar al funcionamiento de una cadena de montaje que, en este caso, la sangre actúa como materia prima.

¿Cómo son los riñones?

Los riñones se encargan de eliminar aquellas sustancias que no necesita nuestros organismo y que serán expulsadas a través de la orina, a la vez que recupera aquellas que sí que necesitamos para vivir.

Los riñones tienen tres capas: la capsula renal, una membrana transparente que envuelve a cada riñón y que sirve para aislar de posibles infecciones, una segunda capa superficial conocida como la corteza renal y por último, la médula que es el núcleo de riñón.

Antes de explicar cómo se crea la orina es necesario conocer qué son las nefronas. Y es que los riñones están formados por hasta un millón de unidades funcionales que reciben el nombre de nefronas y que son las encargadas de filtrar el plasma sanguíneo y la formación de la orina.

Las nefronas forman una especie de sistema de tuberías que tienen unas propiedades muy especiales. Cada nefrona es una tubería larga que esta compuesta por cuatro segmentos. Estos son: el túbulo contorneado próximal, el asa de Henle, el túbulo contorneado distal y por último, el conducto colector.

Cada uno de estos segmentos es el proceso que da lugar a la formación de la orina y determina las propiedades de esta. Estas propiedades variarán en función de lo que el riñón haya decidido filtrar. Como explica Guillermo, la nefrona sería la cadena de montaje donde el riñón “recibe el producto líquido en bruto”, es decir, la sangre y que irá seleccionando las sustancias que necesite.

¿Cómo llega la sangre hasta aquí? La sangre llega a los riñones gracias al bombeo del corazón y a las arterias renales que la transportan. Estas arterias, una vez dentro riñón, se ramifican formando pequeños capilares que llegan a todos los rincones de este órgano, incluidas las nefronas.

Otra de las unidades fundamentales para el proceso de formación de la orina es el glomérulo. Se trata de una unidad del riñón donde se realiza el aclaramiento o filtración del plasma sanguíneo. Es decir, es el lugar por donde se filtra la sangre hasta llegar a las nefronas. Este se encuentra dentro de una estructura denominada cápsula de Bowman. Estos forman el corpúsculo renal.

“Podríamos decir que el corpúsculo renal es el grifo de sangre que tiene una especie de colador para filtrarla” explica el divulgador de WillDiv. Y es en esta primera filtración donde se forma la orina primaria (o pre-orina) que entrará en el «entramado de tuberías» que forman las nefronas y que permitirá regular la cantidad de agua, sales minerales, aminoácidos, glucosa…y otras sustancias.

La formación de la orina 

La pre-orina entra el túbulo contorneado próximal, la primera parte del circuito de la nefrona. Aquí se produce un proceso de ajuste indispensable para que la sangre mantenga una composición adecuada.

En esta primera parte del túbulo se irán recogiendo las diferentes sustancias necesarias para nuestro organismo. Este mecanismo se llama reabsorción. Pero a su vez, se lleva a cabo el proceso de secreción en el que algunos componentes sanguíneos son eliminados.

Una vez finalizada esta primera fase, la pre-orina viaja hasta el segundo segmento de la nefrona: el asa de Henle. Aquí nos encontraríamos en el núcleo del riño, es decir, en la médula.

Las ramas ascendentes y descendentes del asa de Henle  cursan en paralelas si el líquido fluye en direcciones opuestas.  Esto se debe, entre otras razones, a las diferentes permeabilidades de las paredes.

Por un lado, la rama descendente es muy permeable al agua y la segunda rama ascendente es permeable a las sales. Estas diferencias, junto al hecho de que el tejido medular que las envuelve es progresivamente más concentrado, hará que la pre-orina vaya perdiendo agua por ósmosis a medida que desciende por el asa de Henle.

“Este proceso de ósmosis se debe a que el agua se mueve hacia el lugar donde haya una mayor concentración de solutos para llegar a un equilibrio” argumenta Guillermo Pérez. Este proceso permite a la nefrona disponer de un líquido muy diluido para que en el momento en el que llegue al tramo final, “decida cuánta agua expulsar o retener” en función de las necesidades de nuestro cuerpo.

El asa de Henle se realizan una de las funciones más importantes para nuestro organismo y que nos permite, no solo la formación de una orina concentrada, sino también la posibilidad de eliminar elementos tóxicos y sobrantes con el objetivo de equilibrar nuestro metabolismo.

Desde el asa de Henle, la orina va a llegar al túbulo de contorneado distal y al conducto colector con una gran cantidad de agua. Será en este último tramo donde se decidirá cómo será la orina que expulsemos.

Llegados a este momento entra en juego el sistema endocrino con dos hormonas: la aldosterona, encargada de la regulación de las sales, y la hormona antidiurética, que será la que regula la cantidad de agua que habrá en la orina final.

La regulación por parte de estas dos hormonas vendrá determinada por las circunstancias del momento de nuestro organismos. ¿Cuál ha sido nuestra alimentación? ¿Cantidad de agua que se ha bebido? ¿en qué ambiente?…todas estas cuestiones serán decisivas en este proceso de regulación final.

Si bebes mucha agua, tienes más agua que expulsar y por lo tanto, tu orina final será más diluida. En cambio, si estás en una situación en la que careces de agua, el resultado de la orina será más concentrada porque tu cuerpo tendrá que retener más cantidad de agua.

Con todo esto, podemos intuir que el buen funcionamiento de nuestros riñones resulta fundamental para nuestro organismo. Al igual que beber agua y mantenerse hidratado. Guillermo termina esta interesante charla con una curiosidad que te dejará boquiabierto.

¡Dale al play y descúbrela!

ACERCA DEL AUTOR

Guillermo Pérez
Guillermo Pérez, más conocido en Youtube como WillDiv, es biólogo y divulgador científico. En su canal de vídeos combina la ciencia, el humor y el entretenimiento. Además, trabaja como técnico de explotación y divulgación de resultados científicos en la Asociación Española Contra el Cáncer.