En un mundo marcado por el cambio climático y la escasez o degradación de recursos naturales como el agua, el suelo fértil o las fuentes de energía fósil, la economía y el mercado laboral están experimentando una transformación sin precedentes.
La llamada transformación ecológica ya está en marcha y requiere conocimientos, tecnología e inversiones. Pero también, naturalmente, profesionales especializados en sostenibilidad y en economía circular, preparados para manejarse en estos campos laborales y generar innovación.
Según explica el World Economic Forum (WEF) en su informe de 2023 sobre el Futuro del empleo, los principales motores del crecimiento de puestos de trabajo en los años venideros son la revolución digital, la transición verde, los esfuerzos por descarbonizar la actividad productiva frente a la crisis climática y la implantación de las normas ESG, es decir, los criterios de sostenibilidad social, económica y ambiental alineados con los ODS de la ONU.
En concreto, el WEF señala que las dos ocupaciones más demandadas en 2023 eran, en primer lugar, la de personas expertas en inteligencia artificial y, en segundo lugar, especialistas en sostenibilidad.
En Europa, el Pacto Verde Europeo, aprobado en 2020, es el gran pilar de la transformación ecológica del continente. El objetivo es lograr una economía sostenible para 2050 movilizando inversiones en numerosas áreas, entre ellas, la mejora de la calidad del aire, los suelos y el agua. La UE estima que se crearán 2,5 millones de empleos adicionales para el año 2030 gracias a la implementación del Pacto Verde.
En España, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021- 2030 (PNIEC) estima que el crecimiento en número de empleos verdes en España estará entre 242.000 y 348.000 personas por año sólo en el ámbito de la transición energética.
Habitualmente se suele asociar el empleo verde con el ámbito de la energía renovable, pero esto solo uno de sus muchos campos.
En realidad, el empleo verde hace referencia a todos aquellos trabajos que contribuyen a preservar o restaurar el medio ambiente y la biodiversidad, reducir el consumo de energía, materiales y agua; descarbonizar la economía y minimizar o evitar la generación de todas las formas de residuos y contaminación.
Esto implica otros sectores innovadores como el reciclaje de residuos o la gestión inteligente de los recursos hídricos. Esta última es un área muy avanzada en sostenibilidad y en el uso de las nuevas tecnologías para múltiples aplicaciones, como la agricultura de precisión, la restauración de ecosistemas o a la gestión avanzada del ciclo urbano del agua para regenerar recursos hídricos y generar subproductos de valor.
Según señalan los organismos expertos, el empleo verde es un yacimiento creciente de puestos de trabajo. Sin embargo, la sociedad se enfrenta a un gran reto: la falta de adecuación entre las competencias de los trabajadores actuales y de los jóvenes estudiantes y las habilidades que estos nuevos sectores emergentes demandan. Además, hacen falta más vocaciones verdes: es decir personas interesadas en conducir sus estudios y su futura carrera profesional hacia estas disciplinas en auge.
La falta de profesionales cualificados en estos ámbitos podría limitar el crecimiento en sectores clave. Es una preocupación para los gobiernos y las empresas, pues afecta a la competitividad, a la optimización del empleo y a la ruta hacia una sociedad sostenible y centrada en la economía circular.
En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), a través de la Fundación Biodiversidad y la Oficina Española de Cambio Climático, publicó precisamente en 2023 el estudio Empleo y transición ecológica, centrado en la transformación laboral y en los retos formativos actuales y futuros.
El informe señala que hay una brecha entre las oportunidades laborales que está ofreciendo el mercado y la capacitación de las personas, no solo de los profesionales en ejercicio, sino también de quienes están estudiando ahora.
El mercado laboral evoluciona a mucha más velocidad que las estructuras educativas, viene a indicar el estudio. Nacen de forma rápida nuevas necesidades y perfiles laborales, pero se requiere más tiempo para poder crear una oferta formativa adaptada a esos requerimientos.
El informe impulsado por el MITECO afirma que, actualmente, el sistema formativo español no está preparado para “responder adecuadamente a las exigencias futuras del mercado laboral”. En concreto, señala que hay carencias desde el punto de vista cuantitativo, debido al volumen de empleos que se van a generar; y también hay un gap cualitativo, debido a “los nuevos conocimientos y capacidades profesionales que se están demandando o se demandarán en los próximos años”.
Para los autores, son fundamentales los procesos de formación y capacitación de las personas, tanto los de quienes todavía están estudiando como los dirigidos a personas trabajadoras en activo, dado que “los déficits de cualificación son uno de los principales cuellos de botella en sectores estrechamente relacionados con la transformación hacia una economía sostenible”.
Es por eso que las instituciones educativas están tratando de evolucionar para proporcionar programas más flexibles y orientados hacia las necesidades del mercado laboral y a las nuevas demandas de la transformación verde; al mismo tiempo, las empresas están haciendo un esfuerzo para formar a sus trabajadores y poner en marcha iniciativas de fomento del talento y la innovación en el conjunto de la sociedad.
En ese sentido, es muy importante la colaboración público-privada y la creación de un ecosistema colaborativo entre Administración, agentes sociales y empresas para el desarrollo de las capacidades formativas. Esto ayuda a poner en marcha programas específicos que permitan a las personas trabajadoras capacitarse en los campos laborales más demandados en este siglo XXI. Se trata de proporcionar oportunidades educativas contribuyendo al desarrollo de personas cualificadas en las tecnologías ambientales.
Según el World Economic Forum las dos ocupaciones más demandadas en 2023 eran las de experto en inteligencia artificial y la de especialista en sostenibilidad
Una vía sumamente interesante es la llamada FP Dual, que une la formación teórica con la experiencia práctica en empresas, lo que permite a las personas jóvenes adquirir habilidades y conocimientos específicos mientras se integran en el mundo laboral.
Impulsar la Formación Profesional y la FP dual es muy relevante en este momento. Hay que tener en cuenta que la tasa de población joven matriculada en ciclos de FP en España (12%) es sensiblemente inferior a la de los países de la UE (25%) y de la OCDE (29%). “La FP adquiere un papel estratégico para la transición ecológica, para la competitividad y el avance de nuestro tejido productivo y para la empleabilidad de las personas”, afirma el informe Empleo y transición ecológica.
Cuando se trata de ciclos formativos superiores, la alianza empresa-universidad también ofrece grandes réditos, al sumar lo mejor de empresa y universidad para la puesta en marcha de distintas iniciativas, como másteres especializados o la creación de cátedras centradas específicamente en sostenibilidad.
Es el caso de la Cátedra Aquae de Economía del Agua, creada en 2013 junto a la UNED para realizar actividades de investigación, transferencia, divulgación, docencia e innovación sobre la economía del agua.
Hay que tener en cuenta que la capacitación profesional es, además, una de las mejores herramientas para la reducción de las desigualdades y para la integración social y territorial. Los procesos de capacitación son especialmente importantes para dinamizar regiones desfavorecidas o en riesgo de despoblación y para incorporar al mundo laboral a las personas jóvenes, las mujeres y los colectivos en riesgo de exclusión social.
En relación con la brecha de género, es urgente incrementar la presencia de mujeres en los sectores económicos que van a impulsar la transformación ecológica. Hay que tener en cuenta que el sector verde demanda muchos perfiles profesionales relacionados con las llamadas disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y, precisamente, se da la circunstancia de que hay una presencia mucho menor de mujeres en este tipo de estudios.
Según la UNESCO, sólo el 30% de los investigadores a nivel mundial son mujeres y en sectores como la ingeniería y la informática, la cifra es aún menor. En el caso de España, en 2022, el porcentaje de mujeres en una ocupación STEM sobre el total de mujeres ocupadas era del 5,5%. En los hombres, esa cifra alcanzaba el 13%, por lo que la ratio es de 2,4 a favor de los hombres, según el informe Mujeres en STEM 2024 de ESADE.
Promover e impulsar entre la población joven la formación en estudios enfocados a la transición ecológica y en las disciplinas técnicas requeridas por el mercado laboral de la sostenibilidad es clave para no desperdiciar las numerosas oportunidades que el empleo verde está creando para el avance social.