En vez de quejarse, este talentoso emprendedor y estudiante de Ingeniería Aeroespacial se planteó limpiarlo.
Dedicó meses a la investigación de un concepto de limpieza pasiva aprovechando las corrientes de mares y océanos; consiguió recursos económicos a través de una fundación y con crowdfunding; y en junio de 2014 tras reunir a un equipo de 100 científicos e ingenieros, el concepto ha resultado ser un éxito.
Ciencia, medio ambiente y economía en total sintonía.
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