Este nuevo rol, ha supuesto un gran reto en el que he tenido que tomar nuevas responsabilidades y a su vez, me ha permitido continuar desarrollando mi carrera profesional. Por ejemplo, he tenido la oportunidad de viajar a Países Bajos, España y Suecia para participar en los casos de estudio sobre la economía circular, presentando recomendaciones políticas y liderando debates con grupos de trabajo. Gracias a la participación en misiones he podido interactuar de primera con representantes de gobiernos locales, regionales y nacionales.
Debido a la situación sanitaria derivada de la COVID-19, la manera de trabajar con las ciudades del Programa ha debido adaptarse, pero ni mucho menos se ha interrumpido. Esta nueva situación, si bien ofrece algunos inconvenientes como la indisponibilidad de interactuar en persona con el equipo o participar en misiones presenciales, ha traído consigo una serie de ventajas en términos de flexibilidad en el trabajo y mayores facilidades a la hora de llegar a más público. Además, la nueva situación ha resultado ser un reto en términos de resliencia y adaptación a los diversos retos acontecidos.
Por ejemplo, tras meses de preparación, tuvimos que transformar por completo la organización de la Segunda Mesa Redonda sobre Economía Circular en Ciudades y Regiones que iba a tener lugar en Oslo (Noruega). En solamente dos semanas, desde la OCDE, fuimos capaces de albergar el evento de manera virtual con más de 250 participantes, y lanzamos oficialmente los primeros tres casos de estudio del Programa: Groningen (Países Bajos), Valladolid (España) y Umeå (Suecia). Otra experiencia virtual satisfactoria fue el Seminario de Políticas organizado con la ciudad de Granada en octubre 2020, dónde contamos con la participación del alcalde de Granada, Luis Salvador.
Un estudio clave sobre la economía circular
Además de los casos de estudio mencionados, en los últimos meses he estado dedicado a la elaboración del Informe de Síntesis: La Economía Circular en Ciudades y Regiones, el cual proporciona un análisis del estado del arte de la transición hacia la economía circular a nivel subnacional. En este nuevo rol como analista, he contribuido activamente a la elaboración del informe, por lo que me he visto obligado a reforzar y desarrollar nuevas capacidades.
En este sentido, he examinado los resultados cuantitativos de más de 50 ciudades y regiones de todos los continentes, obteniendo resultados que han servido de base para el análisis posterior. Además, he trabajado en la redacción de varios capítulos de este informe de la OCDE, abordando diferentes temas como los sectores con mayor potencial en la transición hacia la economía circular, las características y retos en cuanto a la medición de la economía circular, los principales retos de gobernanza de las ciudades y regiones y las principales herramientas disponibles por parte de las autoridades locales. A nivel personal, considero que el haber sido capaz de ejecutar este análisis basado en la evidencia empírica ha sido uno de los aprendizajes más importantes durante esta segunda etapa.
El informe se presentó durante la Reunión anual del Consejo a nivel Ministerial de la OCDE celebrada en octubre 2020. Este encuentro fue presidido por España bajo el lema “La senda de la recuperación: fuerte, resiliente, ecológica e inclusiva” (The Path to Recovery: Strong, Resilient, Green and Inclusive) y reunió a ministros de los 38 países de la OCDE para debatir las prioridades de los planes de recuperación nacionales y sus expectativas de cooperación internacional. Durante el lanzamiento del informe, tuve la oportunidad de moderar conjuntamente una sesión con jóvenes representantes de cada caso de estudio.
2020, un año clave para la OCDE
Otro hito relevante tuvo lugar en diciembre 2020, cuando la OCDE conmemoró el 60º aniversario de la firma de la Convención de la OCDE. Contando con la participación del Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, el evento hizo un balance de la situación de la economía mundial, las tendencias a largo plazo y la contribución específica de la OCDE para dar forma a «mejores políticas para una vida mejor».
En cuanto al futuro, las últimas estimaciones (diciembre 2020), predicen que la economía mundial cobrará impulso en los próximos dos años, y se situará en niveles prepandémicos a finales de 2021. Después de una fuerte disminución del PIB en 2020, se prevé que el PIB mundial aumente alrededor del 4.2% en 2021 y otro 3.7% en 2022. Los progresos científicos, los adelantos farmacéuticos, la eficacia en el rastreo y aislamiento condicionarán el levantamiento progresivo de las restricciones de movilidad.
Sin embargo, se espera que la recuperación sea desigual entre los países, lo que podría dar lugar a cambios duraderos en la economía mundial. Por ello, la OCDE seguirá desempeñando un papel fundamental en la movilización de conocimientos técnicos multidisciplinarios y en el fortalecimiento de los esfuerzos de coordinación para ayudar a los gobiernos a limitar el impacto de la crisis en las personas, a anticipar mejor los futuros inciertos y a aumentar la capacidad de recuperación tanto de las economías como de las sociedades.