Así se secó el Mediterráneo hace millones de años
El mar Mediterráneo, aparte de uno de nuestros tesoros más preciados, sigue siendo una caja de sorpresas. Y es que no siempre ha sido un cuerpo de agua comunicado con el Atlántico, sino que a lo largo de la vida del planeta ha sido un mar interior, un lago salado, o incluso un desierto salino al quedar aislado del resto de los océanos y casi desprovisto de agua.
Algo así ocurrió hace cinco millones de años, un acontecimiento clave en la historia del continente europeo que explicamos en este artículo.
Un descubrimiento esencial
Un grupo de científicos ha encontrado en el Mediterráneo Oriental, a la altura de Chipre, Siria, Líbano e Israel, un gigantesco sistema fluvial abandonado de un tamaño cercano al del río Nilo. Ese antiguo río fluyó durante tan solo 100.000 años, pero ha dejado tras de sí las evidencias para que los investigadores puedan comprender lo que sucedió en la región durante la Crisis Salina del Messiniense [hace entre 5,96 y 5,33 millones de años,], cuando el mar Mediterráneo disminuyó y quedó aislado del Océano Atlántico.
El proceso de secado del Mediterráneo
Los científicos estiman que hace unos 6 millones de años, el Estrecho de Gibraltar, empezó a cerrarse lentamente como consecuencia de la deriva de los continentes.
Terminado el largo proceso de unión entre las actuales masas terrestres de Europa y África, se creó un puente entre ambos continentes que incomunicó el Atlántico y el Mediterráneo al menos durante unos 10.000 años. El agua dejó de fluir desde el océano Atlántico, por lo que el Mediterráneo fue disminuyendo su volumen y se evaporó lentamente.
Así, la cuenca mediterránea se convirtió en un desierto de sal estéril con algunos pequeños oasis alimentados por ríos situados cerca de lo que son las actuales desembocaduras del Nilo o del Ródano.
Hasta ahora no se había podido determinar con exactitud en qué medida se secó el Mediterráneo. Y es que se duda de cuánta cantidad de agua, en realidad, se evaporó, y cuanta permaneció.
En un nuevo estudio publicado en 2019 en la revista científica Geology, dirigido por Andrew S. Madof, del Chevron Energy Technology, junto a Claudia Bertoni, del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford y Johanna Lofi, del Centre national de la Recherche Scientifique de Montpellier, se habla de que quizá entre el 75% y 80% de la cuenca se deshidrató durante ese periodo de tiempo antiguo de la Tierra.
Sin embargo posiblemente existió un lago en el que se vertía el sistema fluvial. Para entender el proceso, Madof, Bertoni y Lofi crearon un mapa tridimensional de gran precisión del fondo marino del Mediterráneo oriental en base a datos sísmicos.
El río que fue clave
A partir de la estructura de sedimentos, los investigadores concluyeron que el antiguo río provenía de la región que hoy conforman Turquía y Siria. Además también pudieron afirmar que desembocaba en un lago en la cuenca seca del Mediterráneo.
El clima durante la Crisis Salina del Messiniense contribuyó a la formación de este río, provocando un aumento en las precipitaciones en esa zona. Un flujo fluvial que pudo ser enriquecido a través del agua procedente del antiguo río Eosahabi, cuya desembocadura se encontraba en la costa de Libia. Así, estos ríos pudieron contribuir a que se mantuviese un lago que cubría una cuarta parte de lo que es hoy la extensión del Mediterráneo.
¿Podría volver a secarse el Mediterráneo?
La crisis salina del Messiniense hace entre 6 y 5 millones de años nos invita a mirar el planeta con otros ojos. Los cambios ocurridos en la posición de los continentes y de los mares y océanos provocó cambios en el clima en las tierras adyacentes. Una transformación que afectó a las regiones del norte de África y del sur de Europa. Estas condiciones climatológicas causaron veranos marcados por las altas temperaturas e inviernos fríos pero sin lluvia.
¿Cómo volvió a llenarse de agua el Mediterráneo? Son numerosos los trabajos científicos dedicados a esta cuestión. Un estudio publicado en 2018 por la revista científica Nature señalaba que tras romperse el dique que había separado hasta entonces el Atlántico del Mare Nostrum, se generó una de las mayores cataratas conocidas.
Al abrirse de nuevo el Estrecho de Gibraltar, se abrió una puerta de entrada de agua atlántica a la cuenca del Mediterráneo, que tardaría en llenarse con las aguas del Atlántico apenas dos años.