El iceberg más grande del mundo, imparable
Dos años a la deriva
Han pasado poco más de dos años desde que el A68 se desprendiese de la plataforma de hielo original. Desde entonces, ha estado girando a la deriva alejándose de esa estructura hasta alejarse alrededor de 250 kilómetros de ella.
El glaciólogo y profesor de la Swansea University de Reino Unido, Adrian Luckman, ha llevado a cabo un seguimiento a lo largo de año y medio a través de los satélites de la Agencia Espacial Europea. A través de un vídeo con imágenes montadas de manera cronológica durante ese período, se puede apreciar ese desplazamiento. Luckman considera que presenta una movilidad enorme que está convirtiendo al A68 en el elemento u objeto más grande del mundo en libre movimiento.
El A68 presenta unos 160 kilómetros de largo y un par de cientos de metros de grosos y, curiosamente, no se ha visto todavía afectado por el cambio climático ni por otro fenómeno de la naturaleza, manteniendo su forma primigenia desde que se desprendiese hace dos años. Características que convierten a este iceberg en un elemento muy interesante para los científicos.
Moviéndose hacia climas cálidos
Por norma general, los icebergs que se desprenden, de tamaño similar o menores, suelen ir a la deriva y alejarse de la formación original durante años, pero en el transcurso de ese tiempo se dividen en trozos más pequeños antes de tocar tierra. O bien, en caso de desplazarse hacia latitudes más cálidas, acaban derritiéndose.
“Durante un año el iceberg permaneció junto a la plataforma de la que se desprendió, pero a mediados del año pasado quedó atrapado en el llamado Giro de Weddell, una corriente oceánica en sentido antihorario, que hizo girar la masa de hielo unos 270 grados y la desplazó unos 250 kilómetros hacia el norte”, ha explicado Luckman.
El A68, según los estudios, se está desplazando en una corriente llamada Weddell Gyre, en el Mar de Weddell de la Antártida, la cual puede conducir al iceberg hacia el Océano Atlántico Sur, donde hallará un clima muy cálido que acabará afectándolo. De ser así, su destino, tarde o temprano, parece que puede ser que acabe derritiéndose.
(NASA/Nathan Kurtz)
El A68B
De hecho, aunque el A68 se ha mantenido su estructura bastante intacta, ha perdido algunos segmentos de hielo durante esos dos años. Una de esas secciones, que cayó poco después del desprendimiento, es tan grande que recibió su propio nombre: el A68b. Una masa que mide cerca de 13 kilómetros por 5 kilómetros, y que se encuentra a unos 110 kilómetros más lejos que A68 al norte de la península.