Para hacer este experimento necesitamos un vaso, chocolate y gaseosa. Partimos trocitos de chocolate y a continuación llenamos un vaso con gaseosa y echamos los trocitos de chocolate.
Y…¡vemos como los trocitos de chocolate suben y bajan!
Pero, ¿cómo es posible? el chocolate es más denso que el agua, pero con la gaseosa, el gas que tiene se separa y se libera gas carbónico (las burbujas). Las burbujas levantan el chocolate, y en la superficie, explotan y el chocolate se queda solo y vuelve a bajar.