El cambio climático y las coloraciones ornamentales

Muchos estudios muestran ya cómo sus efectos están incidiendo de forma negativa sobre las coloraciones ornamentales de las aves, provocando la pérdida de su vistosidad.

La paleta de colores de la biodiversidad no es un mero adorno, sino un elemento fundamental para la pervivencia de las especies. Informa acerca de la condición física, de la salud, o de la personalidad de sus poseedores.

Y es que el cuerpo de los animales de sangre caliente, como son los mamíferos o las aves, es más pálido en climas más secos que en climas húmedos, por lo que a mayor intensidad del calor, su piel, plumas o pelo serán más oscuros. Así, las nuevas investigaciones sugieren que a medida que la Tierra se calienta debido al cambio climático, la mayoría de los animales se oscurecen también.

Esto también se puede observar ya, por ejemplo, en el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), un pequeño pájaro que habita nuestros bosques y cuya seña de identidad es un píleo de un llamativo color azul cobalto sobre la cabeza que se ha aclarado.

O en el cárabo común, un búho de Finlandia cuyas plumas pueden ser rojizas o gris pálido, siendo éstas las que le brindan camuflaje en la nieve. Al descender el nivel de nieve por el calentamiento global, han aumentado las especies con plumaje rojizo.

Vemos así como el gris de los gases de efecto invernadero no sólo está cambiando el color del aire, sino también las coloraciones ornamentales de algunas especies de animales.