Siete desembocaduras de ríos importantes para la biodiversidad

Delta, estuario, desembocadura… La confluencia de los ríos con el mar recibe diversos nombres según sea su estructura física. Pero todas comparten elementos esenciales, como ser un punto de contacto entre distintos ecosistemas y de aceleración del ciclo de los nutrientes y de la vida. Esta fusión estimula una enorme variedad de recursos naturales que debemos conservar

Las desembocaduras de ríos son puntos clave para la biodiversidad global. Estas zonas, donde los cauces llegan a su encuentro final con el mar, un lago o una depresión del terreno, son una confluencia de ambientes variados y de distintos recursos naturales que se fusionan. 

Son hábitats ricos en nutrientes que crean  ecosistemas diversos esenciales para el equilibrio ambiental. Exploramos siete desembocaduras emblemáticas que destacan por su importancia para la biodiversidad y su buen estado de conservación en varios continentes del mundo: Danubio, Okavango, Mekong, Amazonas, Fraser, Tigris-Eufrates, Fitzroy … ¡Descúbrelos! 


1. Delta del Danubio (Europa)

El Delta del Danubio, ubicado entre Rumanía y Ucrania y sobre el Mar Negro, es el segundo delta fluvial más grande de Europa, despues del delta del Volga, que se encuentra en el Caspio

El Delta del Danubio es uno de los más biodiversos del continente europeo. Alberga más de 5.000 especies de flora y fauna, incluidas aves migratorias, peces y mamíferos acuáticos. Su extensión de 4.152 kilómetros cuadrados está considerada desde 1991 como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Es un refugio crucial para multitud de aves migratorias entre las que destaca por su singularidad y gran tamaño el pelícano ceñudo (Pelecanus crispus). Con sus 3,5 metros de envergadura de alas, es una de las aves más grandes del mundo, y el Delta del Danubio es el único lugar de Europa donde puede observarse. 

El Delta del Danubio goza de una estricta protección internacional y esfuerzos de restauración. Aunque aborda amenazas como la contaminación agrícola, las iniciativas transfronterizas han mejorado significativamente su estado.

Zonas inundadas en el Delta del Danubio. | FOTO: Diego Delso"Diego Delso, delso.photo, Licencia CC BY-SA"

Zonas inundadas en el Delta del Danubio. | FOTO: Diego Delso/ «Diego Delso, delso.photo, Licencia CC BY-SA«


2. Delta del Okavango (África)

El Delta del Okavango, en el norte de Botsuana, es uno de los deltas interiores más singulares del mundo. Este vasto sistema de humedales, formado por el río Okavango, se dispersa en el árido desierto del Kalahari.  

Se trata de una cuenca endorreica, lo que implica que el río no llega al mar, sino que termina tierra adentro. Este delta interior es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2014. Alberga una abundancia de vida salvaje, como elefantes, leones, leopardos y aves raras.

Es uno de los últimos ecosistemas naturales prístinos de África y sirve como refugio para grandes mamíferos y especies endémicas.

Gracias al turismo sostenible bien gestionado y a la participación activa de las comunidades locales, el Delta del Okavango se encuentra en un estado excelente de conservación.

 

Delta del Okavango. | FOTO: Christo Ras vía pixabay

Delta del Okavango. | FOTO: Christo Ras vía Pixabay


3. Delta del Mekong (Asia)

El Delta del Mekong, ubicado en Vietnam, es uno de los más productivos y biodiversos del sudeste asiático. Este delta forma un intrincado sistema de canales y manglares que son hogar de miles de especies, incluidas algunas icónicas como el pez gato gigante del Mekong.

Es esencial para la pesca y la seguridad alimentaria de la región y proporciona hábitats para aves acuáticas y reptiles raros, como el cocodrilo siamés.

Al ser una región costera de baja altitud, el delta del Mekong es particularmente susceptible a las inundaciones como resultado de la elevación del nivel del mar debido al cambio climático. Además, los cambios en las lluvias están provocando periodos de sequía más largos de lo habitual.

Pese a enfrentarse a desafíos como los del cambio climático y la excesiva presión agrícola y humana, proyectos recientes de restauración de manglares y control de la contaminación han mejorado la salud ecológica del delta.

Una imagen del delta del Mekong. | FOTO: Thomas G vía pixabay

Una imagen del delta del Mekong. | FOTO: Thomas G vía Pixabay


4. Desembocadura del Amazonas (América del Sur)

El Amazonas es el río más caudaloso del mundo y su enorme desembocadura, en Brasil, es un epicentro de biodiversidad global. Incluye extensos manglares, selvas y marismas que son vitales para la salud del planeta. Es hogar de especies icónicas como los delfines rosados.

Las proporciones del Amazonas son gigantescas. Tanto es así que la anchura del río al unirse al mar tiene más de 300 kilómetros entre orilla y orilla. El volumen de agua dulce que el Amazonas conduce penetra en el océano y cambia la salinidad del mar a lo largo de una gran extensión. 

El Estado brasileño ha protegido gran parte de esta zona. El sitio conocido como Estuario y Manglares del Amazonas está incluido entre los espacios protegidos de la convención internacional de RAMSAR, creada para proteger los humedales de importancia mundial

Se trata del archipiélago fluvial-marítimo más grande del planeta. Conforma un corredor de 23 unidades de conservación con 3,8 millones de hectáreas protegidas.

Gracias a esfuerzos gubernamentales y de organizaciones internacionales, el delta conserva gran parte de su biodiversidad, aunque sigue enfrentando amenazas como la deforestación y el desarrollo industrial.


5. Desembocadura del río Fraser (América del Norte)

El río Fraser, en Canadá, es el más largo de la provincia de la Columbia Británica. Nace en las Montañas Rocosas y, tras recorrer 1.300  kilómetros de longitud, desemboca en el estrecho de Georgia, en el Pacífico.

Atraviesa áreas de enorme valor natural, plagadas de bosques templados húmedos y al llegar a su final, crea un estuario vital para la biodiversidad. 

Es hogar de salmones del Pacífico, una especie clave para la economía y la ecología locales. Además, atrae a aves migratorias y mamíferos marinos. Entre las especies emblemáticas está el águila calva, una rapaz pescadora que es símbolo de EEUU

El estado de conservación del río Fraser es positivo debido a políticas rigurosas de protección de hábitats y restauración de humedales. Sin embargo, sigue siendo vigilado por el impacto del cambio climático, que en los últimos años ha alterado notablemente el régimen de lluvias y temperaturas en esa región. 

Entre las diversas figuras de protección legal que lo amparan está su inclusión en la lista RAMSAR de humedales de importancia mundial. Bajo ese amparo hay más de 20.000 hectáreas protegidas.

Desembocadura del río Fraser en la Columbia Británica de Canadá. | FOTO: M. Lounsber via Wkimedia Commoms

Desembocadura del río Fraser en la Columbia Británica de Canadá. | FOTO: M. Lounsber via Wkimedia Commoms


6. Delta del Tigris y el Éufrates (Oriente Medio)

El sistema deltaico de los ríos Tigris y Éufrates, conocido como las marismas de Mesopotamia, es uno de los humedales más antiguos y valiosos del mundo, ubicado en Irak

Este delta es fundamental para especies migratorias de aves entre Asia, Europa y África y alberga especies únicas de peces, como el pez oxirrinco.

Además, es una región llena de cultura antropológica y de uso milenario de ambientes húmedos en una región generalmente seca, dados a conocer por exploradores como el británico Wilfred Thesiger, autor del famoso libro “Los árabes para las marismas”, publicado en 1964.

Desde entonces, esta región ha sufrido grandes perturbaciones por políticas gubernamentales y conflictos bélicos. Fue drenado en gran parte desde finales del siglo XX, alterando la fisonomía de la zona, y también sufrió los efectos de los conflictos bélicos en el país y la región. 

Los esfuerzos de restauración han traído un cierto renacimiento en los últimos tiempos. Sin embargo, el cambio climático y la reducción del caudal de agua por presas río arriba siguen siendo desafíos que ponen en peligro la recuperación de un ecosistema que fue famoso por su riqueza natural desde hace milenios.

Delta del Tigris y el Éufrates, en Irak. | FOTO: Wikimedia Commons

Delta del Tigris y el Éufrates, en Irak. | FOTO: Wikimedia Commons


7. Delta del Fitzroy (Australia)

En la costa de Australia norte occidental, el delta del Fitzroy es uno de los sistemas fluviales más intactos del país. Alberga vastos manglares y hábitats marinos y es hogar de tortugas marinas, dugongos y aves de todo tipo.

Proporciona hábitats de cría para especies marinas vulnerables, como el pez sierra. Apenas tiene 800 kilómetros de longitud y su caudal está muy condicionado por las lluvias estacionales. A pesar de eso, es un punto de gran valor biológico al ofrecer multitud de ecosistemas diferentes y recursos variados para la vida silvestre.

Gracias a la baja presión humana y a su aislamiento, el delta del Fitzroy está en un estado excelente de conservación. Además, los derechos de los pueblos indígenas sobre el territorio han sido clave para mantener su equilibrio ecológico.

Delta del río Fitzroy en Australia. | FOTO: Zamphuor vía Wikimedia Commons

Delta del río Fitzroy en Australia. | FOTO: Zamphuor vía Wikimedia Commons

08/03/2025