La abubilla: un ave que inunda con su canto las dehesas

Su nombre científico es Upupa epops, pero se le conoce comúnmente como abubilla. Pertenece a la familia Upupidae y se caracteriza por ser un ave diurna, solitaria, territorial y migratoria. Es una de las especies de aves más populares de la península ibérica, especialmente en la vertiente mediterránea donde se puede encontrar con relativa frecuencia por los campos y dehesas.

“Todo en la abubilla es llamativo”, asegura Mónica Fernández-Aceytuno. Y es que se trata de un ave de tamaño medio fácilmente reconocible por su peculiar cresta anaranjada, compuesta por 28 plumas, sobre su cabeza.

Cuando camina por terrenos arenosos, esta especie de ave pasa desaparecida. Sin embargo, cuando alza el vuelo, su pico largo y curvado, junto con su plumaje blanquinegro, la convierten en un ave perfectamente identificable. Su canto es uno de los más característicos de nuestra biodiversidad. Con su peculiar sonido, que ha dado lugar a su denominación científica (Upupa), se abre paso por nuestros campos

¿Dónde vive la abubilla?

La abubilla es un ave migratoria que viaja desde Europa hasta el sur del Sahara para pasar el invierno. Estas migraciones suelen darse de agosto a octubre, o de marzo a principios de mayo. Cabe destacar que existen muchas poblaciones que no llegan cruzar el mediterráneo invernando en la Península.

Esta es una de las razones por las que la  Upupa epops es un ave muy común en España. Esta se distribuye por toda la península, a excepción de la franca cantábrica. Y es que la abubilla suele huir de climas húmedos y zonas montañosas.

A pesar de esto, la abubilla suele habitar en una gran diversidad de entornos. Suele verse con asiduidad en la vertiente mediterránea, por debajo de los 1.000 metros, y en formaciones boscosas abiertas con presencia de especies arbóreas como las encinas, los fresnos o los nobles melojos.

Curiosidades de esta llamativa especie

A la abubilla se la suele encontrar caminando por el suelo de los campos y dehesas en busca de alimento. Utiliza su largo y delgado pico para sondear el terreno y hacerse con las larvas e insectos que se encuentran entre la hojarasca o bajo tierra. Estos pequeños seres vivos suelen ser la base de su dieta, aunque también puede alimentarse de otros algo más grandes como saltamontes o grillos.

Las abubillas anidan en los huecos que encuentra entre los troncos de los árboles viejos, pero también en cavidades de edificios o grietas de rocas. Como explica Fernández-Aceytuno, “su aspecto no pasa desapercibido, al igual que el olor de sus nidos a los cuales regresan uno y otro año”. Y es que al igual que el Martín Pescador, recoge cantidades de heces para protegerse de sus depredadores.

Otra de las características de las abubillas es que no suelen bañarse en agua sino que lo hace en la arena. Esto es solo una forma más de impregnarse de olores que alejen a sus enemigos. Además, durante los meses de septiembre, suelen vivir en solitario o en grupos reducidos. De esta forma emprenden su viaje hacia África antes del invierno.

La abubilla es una especie amenazada en algunas regiones europeas. La pérdida de su hábitat como consecuencia de la gestión agraria y forestal es su principal causa. Debido a esta problema, esta especie está viendo menguar sus espacios para anidar, algo que está frenando su reproducción en algunas zonas.

Si quieres seguir disfrutando de nuestra rica biodiversidad, te invitamos a continuar conociendo otras especies con nuestros Clip Natura de la mano de Mónica Fernández-Aceytuno.