La levitación parece arte de magia, pero en realidad todos los materiales reaccionan ante los campos magnéticos.
El ferromagnetismo es una propiedad de algunos materiales que pueden presentar un campo magnético propio.
Las sustancias ferromagnéticas son fuertemente atraídas por el campo magnético. Estas sustancias muestran el magnetismo permanente incluso en ausencia de campo magnético. Las sustancias ferromagnéticas cambian a paramagnéticas cuando las sustancias se calientan a alta temperatura.
En cada material ferromagnético no magnetizado, los átomos forman dominios dentro del material. Los diferentes dominios tienen diferentes direcciones del momento magnético. Por tanto, el material permanece sin magnetizar.
Al aplicar un campo magnético externo a los dominios de ferromagnético no magnetizado, los dominios rotarán y se alinearán en la dirección del campo magnético, debido al carácter de dominio del material ferromagnético, incluso si se aplica un pequeño campo magnético da lugar a una gran magnetización. El campo magnético es mucho más grande que el campo magnético en dicho material. Los momentos magnéticos de los dominios son paralelos al campo magnético en el ferromagnetismo porque estos dominios también se alinean en la misma dirección.
La ciencia actual solo conoce una forma de lograr una levitación real de modo que no se requiera ningún aporte de energía y la levitación pueda durar para siempre. Esta levitación hace uso del diamagnetismo, la capacidad de muchos materiales para expulsar una parte de un campo magnético externo. Los electrones en tales materiales reorganizan ligeramente sus órbitas para que expulsen el campo externo. Como resultado, los materiales diamagnéticos se repelen y son repelidos por fuertes campos magnéticos.
Los campos magnéticos se excluyen activamente de los superconductores (efecto Meissner). Si un pequeño imán se acerca a un superconductor, será repelido porque las supercorrientes inducidas producirán imágenes especulares de cada polo. Si se coloca un pequeño imán permanente sobre un superconductor, esta fuerza repulsiva puede hacer que levite. Las corrientes de levitación en el superconductor producen polos magnéticos efectivos que repelen y sostienen el imán.
Existen dos tipos de tipos de superconductores según se comportan en presencia de un campo magnético: