Microrrelatos

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Durante la época de celo los machos se baten con ferocidad. Hay pocas hembras en la manada y la prioridad es dejar descendencia. No temen morir, son puro instinto. Ahí tenemos a dos adultos luchando. Aunque están igualados en fuerza, uno de ellos toma ventaja aprovechando el desnivel del terreno y hunde sus fauces en el cuerpo del rival, que queda gravemente aturdido.  De inmediato le asesta una segunda dentellada, fatídica. El derrotado se precipita por el abismo de una pestaña. El niño no advierte ese cadáver cayendo delante de sus ojos.