Recopilación Microrrelatos 2018

Tras meses de trabajo, lo había conseguido: había optimizado a la perfección el medio de cultivo para el crecimiento de ciertas bacterias. Al realizar mis experimentos, descubrí que ahora producían grandes cantidades de una pequeña proteína.
Tan solo tenía siete aminoácidos: glicina, arginina, alanina, cisteína, isoleucina, alanina y serina. La misma secuencia producida en masa sin razón aparente.

En un instante de inspiración, se me ocurrió escribirla en el código de una letra de los aminoácidos:
G (Glicina)
R (aRginina)
A (Alanina)
C (Cisteína)
I (Isoleucina)
A (Alanina)
S (Serina)

Supongo que a las bacterias les gustó el nuevo medio.