Microrrelatos

Planeta X-Ich

Del techo de la gruta colgaban unas protuberancias incoloras que llamaron la
atención al grupo de alumnos.

– ¡No las toquéis! -, gritó el profesor.

-¡Oohh! -, gritaron todos al ver cómo esas protuberancias crecían de tamaño y, ¡clink!
¡clink!, caían al suelo desapareciendo en una gran mancha de su mismo aspecto.

El profesor los azuzó con la aviesa intención de abandonar ese lugar, en cuyas
entrañas habían escondido la gran masa líquida traída de la Tierra antes de su
desintegración.