Microrrelatos

Un pálido azul

Para Carl.

            Nadie te conoce ahí afuera. Causarías extrañeza allá donde fueses. Pero… ¿cómo puede ser?

            Ha pasado tanto tiempo y aún recuerdas cuando todo comenzó. Vueltas y más vueltas en torno a la endiablada enana amarilla. Cubierta por la fría oscuridad todo chocaba a tu alrededor, girabas sumida en un continuo e interminable vals. Poco a poco llegó la paz, el merecido descanso. Ocupaste el precioso salón con vistas, el de las profundidades. Y desde allí, sigues siendo tú, única. Tu mágico estado pinta de un pálido azul ese pequeño punto que brilla en la noche.