Microrrelatos

Sendero

Día a día, frente al ordenador, ”El
maestro” gastaba las horas. Al principio dos, luego seis…hasta completar más de
veinte. Una y otra vez arriesgándolo todo, seguro de su triunfo.

Cuando sin salir de la oficina ”El
maestro” desapareció de la ciudad, a su esposa no le fue difícil suponerlo
–feliz y realizado- contando estrellitas desde un abeto o persiguiendo en la
nieve  los renos de Santa Claus.