Microrrelatos

Padre nuevo

Como ya no calaba el frío dentro del coche, decidió quitarse el abrigo. Desabrochó el cinturón de seguridad para hacerlo cómodamente. El coche comenzó a pitar, advirtiendo. La manga derecha cedió delicada. Pitaba más el coche, indignado. La manga izquierda, necia, porfiaba. Bramaba colérico el coche. La manga no transigía, el coche clamaba. La manga se rindió. El cinturón encajó. El coche calló y con él todo. Me quieres si me obedeces, dijo la máquina. Puedes ir en paz.