Microrrelatos

Noche de guardia

«Todo pasa por algo»
me dijo Juan cuando me presenté asustado en mi primera guardia. Él era un
anciano ingresado con los pulmones llenos de alquitrán. Pasé la noche en su
habitación, escuchando sus historias.

Juan no vio el amanecer;
falleció mientras hablábamos. Pero al salir del cuarto, el hospital parecía más
amable.

No recuerdo cuántas
vidas he ayudado en mis veinte años de servicio. Sin embargo, nunca olvidaré
esas horas que pasé temblando al lado de Juan.

Y es que todo pasa por
algo.