Microrrelatos

La Fábrica

    Oscuridad, calor, humedad, ruido monótono de ventiladores. ¿Cómo he llegado aquí? Al fondo una grieta luminosa; voy hacia ella a gatas por la altura del lugar; cada paso es repugnante: el suelo pegajoso retiene mis manos y rodillas. Ando como un bebé, sudo como un cerdo. En la grieta siento el sol, el aire y… ¡abejas titánicas!, de mi tamaño, zombificadas; me ignoran y me rozan con tacto aterciopelado. Lo último que recuerdo es la facultad, abrir una puerta:»Nanotecnología»… Nada más.