Microrrelatos

La Diosa del Ayer

La chica con traje verde esmeralda entró en el restaurante. Todo en él estaba en
negro, incluso las personas sentadas en las mesas, quietas como estatuas,
parecían de obsidiana.

Intentó en vano deshacer sus pasos, pero sus zapatos estaban pegados al suelo, y el
negro brillante se iba apoderando de ella alcanzando ya sus rodillas. Antes de
sucumbir a lo inevitable, su vanidad le hizo dibujar con su cuerpo una elegante
y sensual figura. Hoy se exhibe como el de una diosa en el Museo del Ayer.